'300: El origen de un imperio' - Who's Yo' Daddy?!
'300: El origen de un imperio' viene a ejemplarizar lo que sería una correctísima secuela impuesta, esto es, una secuela que "por huevos" había que producir ya fuera en esta u otra vida, como el que tiene una franquicia como 'Saw' y no puede (ni debe) parar hasta que el público grita de auténtico dolor. Desde el estreno de aquel "This is Sparta!" han pasado siete años. Y aun sin ser una secuela cuyo brillo pueda compararse a las secuelas de, no sé, 'Spider-Man' o 'Batman Begins', tampoco es el tipo de secuela que se hace al día siguiente y de resaca para aprovechar las ascuas de un éxito al que el tiempo aún no ha dado tiempo de juzgar. Siete años durante los cuales las gestas de Leónidas y sus 300 no han sido olvidadas... ni tampoco mancilladas con este derivado. Si acaso, a la tercera (será la derrota).
Zack Snyder, el gran artífice del que también es su mayor éxito, amarró en puerto esta secuela para centrarse en 'El hombre de acero' (y lo que pueda venir después), tras lo cual se apostó por un tal Noam Murro al que pocos ubicaban sin ayuda. Al igual que para Snyder en 2006, para Murro supone su segunda película. Pero mientras el primero venía ubicado con la exitosa (y notable) reinvención de 'Amanecer de los muertos' el segundo viene de 'Smart People (Gente inteligente)'... esto es, película que pasó tan desapercibida como igualmente desapercibida sigue en el olvido (por méritos propios). La intención era clara, con esta secuela ni se trataba de proponer algo nuevo ni de agitar los cimientos del legado de Snyder: Se trataba de imitar... respetuosamente, eso si, que para algo se trata del hijo legítimo. Y Murro se presenta como un correcto aplicador de modelos ajenos tan impersonal como dócil, una especie de entintador a lo Banky Edwards.
Previsible. Obvio. Comprensible. Lógico. Y muy válido, oiga. Se trata de un muy legítimo más de lo mismo, básicamente, como tan legítimo es que Paramount espere más de lo mismo cuando contrata a Michael Bay para orquestar una cuarta entrega de 'Transformers'. Y ya en parte sólo por esto podemos considerar que esta segunda entrega es inferior a la primera, pues se trata básicamente de una copia por más que venga a ser la copia oficial y parte de aquella autenticidad arraigue en ella. ¿Más, y mejor? Sí, más, pero no, no mejor, un derivado en toda regla de un primer filme al que debe la vida y al que reverencia en casi cada acto, esclavo de su condición deudora en grado máximo de una gloria que le viene de herencia. El recuerdo de aquellos '300' impulsa a estos 300, que en realidad ni son 300 ni son espartanos, matiz a través del cual pierde parte de rasmia, al mismo tiempo que el recuerdo de aquellos 300 entierra a estos "otros", cuyas acciones en realidad...
... tienen lugar antes, durante y después de lo narrado en '300', desde Artemisio a Salamina, dotando a esta producción de una extraña sensación a contenido especial de Blu Ray, material desechado de un futuro "Montaje del realizador" en el que se echa de menos un "guest star" de Gerard Butler. 90 minutos sustentados en los huecos de una '300' cuyo recuerdo fresco le sirve de coherencia narrativa. El recuerdo a causa del daño infligido en su momento (gano en 2007 nuestra prestigiosa Copa de Cine), o el recuerdo ante la falta de un impacto que, ahora, le haga sombra cual ejército de arqueros en acción. '300: El origen de un imperio' cumple con la norma de la secuela formal, del primo lejano y educado que come con la cabeza agachada sin hablar ni molestar. Y si bien presenta argumentos suficientes para, sin crueldad, satisfacer los ecos de gloria del primer filme cae, como tantas y tantas otras, en la revisión, en el repaso, en el "entintado" de lo ya visto con una buena caligrafía que "mola" pero no sorprende.
Previsible en su condición de secuela postrada a los pies de una franquicia, dueña de un sueño de libertad que no es tal y que, en última estancia, la acompleja de forma inconsciente para permanecer a la vera de su hermano mayor. Netamente inferior a un modelo a seguir al que sólo parece querer superar en los pixels dedicados -se agradece- a la sangre, siendo justos. Sin el efecto sorpresa de su lado, más bien como adversario; sin los espartanos luchando en su bando, más bien en vano. No emociona ni entusiasma, ni uno sale jugando en su cabeza a ser espartano como si hubiera vuelto a la niñez. Cumple como derivado que distrae, como superproducción visualmente tan notable como tan notables son las gemelas de Eva Green, a la postre la auténtica protagonista de una producción que aunque se disfruta te deja con ese peeero. Ese maldito peeero de que tras 90 minutos de película (sin créditos) a uno no le han contado nada que no pueda contar el Hundir la flota en una partida.
Nota: 6.25
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Spoiler
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De que es entretenida lo es sin dudas.....pero carece de escenas memorables como las que tenia la primera (el famoso "¡This is sparta!") y la escena mas llamativa se siente incomoda, innecesaria y hasta ridicula.
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Aun asi es un muy buen entretenimiento y dejara mas que satisfecho a los que estaban buscando mas escenas de combates con Slow Motion incluido.
Hace unas semanas me vi "300" y esto ha tenido un doble efecto. Por un lado negativo dado que aunque me pareció un film notable, no se me cayó la baba como la primera vez y bajó del pedestal del Olimpo de la excelencia, culpa seguramente del paso del tiempo, de la madurez hacia lo menos impresionable y del abuso en series y películas de los chorros de sangre y los saltos a cámara lenta hasta rozar el aborrecimiento. Por otro lado ha tenido un efecto negativo dado que la bajada de expectativas ha hecho que pueda disfrutar más de esta que nos ocupa.
Usa la misma fórmula, depende totalmente de aquella y aunque quita epicidad y dramatismo, le da agilidad, diversión, entretenimiento y variedad de escenarios y recursos en cuanto a acción. Potente visualmente y usando digamos un "Slow motion estilo Zack Snyder v2.0", resulta dinámica y pasa en un suspiro. Quizá va tan aprisa que no trabaja en exceso sus personajes, tiene no agujeros pero si torpezas en el guión aunque lo compensa con altas dosis de adrenalina al igual que de testosterona con los encuentros entre un más que correcto Sullivan Stapleton y una destacable Eva Green que resultan lo mejor del film.
Con un poco más de trabajo y esfuerzo pudo ser una gran película y superar con solvencia a la primera pero aún así se queda en un reseñable ejercicio de entretenimiento y una buena precuela / cinta paralela / secuela, dado que se pone a hilar cabos en todos estos sentidos y tampoco lo hace mal.
Nota: 6'5
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Le doy un 5,5.