Jeff Bridges se apunta a la adaptación de 'The Emperor's Children'
El de Jeff Bridges se ha convertido en el primer nombre confirmado de 'The Emperor’s Children', adaptación de la novela 'Los hijos del emperador' de Claire Messud que producirán Brian Grazer y Ron Howard a través de su Imagine Entertainment.
Después de debutar en 2013 con la apreciable 'La voz de una generación', la actriz Lake Bell volverá a ponerse tras las cámaras para dirigir esta cinta escrita por Noah Baumbach ('Mientras seamos jóvenes'), a quién sustituye como realizador.
'Los hijos del emperador', o los hijos de la cultura, como define su novela Claire Messud (EE.UU, 1966), es la historia de tres amigos, Danielle Minkoff, Marina Thwaite y Julius Clarke, que se conocieron en la prestigiosa universidad de Brown y que volvieron a Nueva York a principios de los 90. Una década más tarde, en el preciso año 2001 en el que caen las torres gemelas, sus vidas apenas han alcanzado los logros que imaginaron. (continúa tras el salto).
Danielle hace documentales para la televisión sobre la liposucción. Julius, un homosexual medio vietnamita, es un crítico literario freelance que vive en un apartamento deprimente. Y por último, la bella Marina, hija de un periodista célebre -personaje al que encarnará Bridges-, lleva años intentando terminar una novela sobre la importancia de la vestimenta en los niños a la hora de reflejar complejos y verdades de nuestra cultura.
Tres amigos que, en realidad, representan la clase alta de la educación americana. Unos chicos destinados a triunfar pero cuyo sueño americano hace tiempo que desapareció para convertirse en algo insustancial. Hasta que dos personajes vienen a desestabilizar sus vidas inamovibles: Ludovic Seeley, un joven editor australiano que pretende introducir una revista “revolucionaria”, y Frederick Tubb (Bootie), el primo gordo de 20 años de Marina que, lleno de resentimiento aunque con una inteligencia privilegiada, conseguirá introducir la discordia.
La voz de una generación es un magnífico peliculón y un derroche de talento por parte de Lake Bell, una de esas películas que están injustamente olvidadas pero que automáticamente se convirtió en uno de los mejores vídeo-estrenos de la historia (si, he tenido huevos de decir eso y me he quedado muy a gusto).