Tan rápido nos traladamos al sexto día de actividades dentro de la edición 13 del Festival Internacional de Cine de Morelia, donde las actividades han estado fluctuando de manera significativa y llamativa. En este sexto día transcurrido el día de ayer, se presentó Mientras la prisión exista (2015) de Nicolás Gutiérrez Wenhammar, que forma parte de la Sección de Largometraje Mexicano en competencia del 13° FICM.

Mientras la prisión exista cuenta la historia de Jan, el integrante más joven de un grupo de carteristas que opera en La Rambla, Barcelona. Es originario de Europa del este y su principal anhelo es huir de la organización delictiva a la que pertenece. Jan conoce a Mariela, una mujer española ajena a su mundo criminal pero también con deseos de cambio; juntos, intentan escapar.

Entre otras actividades, el crítico de cine Nick Roddick dirigió la conversación sobre ficción en la que participaron los renombrados directores e Invitados de Honor del 13° FICM, Barbet Schroeder, Stephen Frears, Laurent Cantet y Wash Westmoreland, en la Biblioteca Pública de Morelia.

Como parte de los estrenos internacionales del 13° FICM, se presentó la más reciente película del director francés Philippe Garrel, hijo del actor Maurice Garrel, L’ombre des femmes, en presencia de la gran actriz francesa Clotilde Courau. L’ombre des femmes fue escrita por Jean Claude Carriére, Caroline Deruas y Arlette Langmann, y tiene como protagonistas a Stanislas Merhar y Clotilde Courauu, que interpretan una pareja de documentaristas que viven en la indigencia y que atraviesa una tormenta amorosa en París.

Como parte de la Selección de Largometraje Mexicano en competencia del 13°FICM, se presentó la película Te prometo anarquía (2015), del director mexicano Julio Hernández Cordón. La película fue escrita por el mismo Hernández, y contó con la colaboración de la destacada cinefotógrafa María José Secco. Te prometo anarquía trata sobre dos jóvenes que son amigos y amantes, se conocen desde la infancia y pasan el tiempo patinando con sus amigos en las calles de la Ciudad de México. Venden su propia sangre y consiguen donadores para el mercado negro. Una transacción grande de sangre termina mal para todos los involucrados.