La cinta inaugural del FICM fue el cuarto largometraje del director chileno Pablo Larraín titulado No, quien ha situado gran parte de su trabajo dentro en la dictadura de Augusto Pinochet. Larraín se mostró receptivo ante una prensa inquisitiva y llena de preguntas, sobre el moemnto histórico del filme. A la par, García Bernal, hacía apuntes sobre lo que le significó realizar la película. Cabe destacar que será CANANA la encargada de distribuir el filme en nuestro país.

Por otro lado, y como ya es costumbre, se realizó la develación de la placa conmemorativa con la presencia de reconocidos invitados como el actor Gael García Bernal, el director iraní Abbas Kiarostami, la directora Sally Potter, el director del Festival de Cannes Thierry Frémaux; Alejandro Ramírez y Cuauhtémoc Cárdenas, directivos del festival. La unión de sus manos descorrieron el velo de una placa que quedará como recuerdo de una década de esfuerzos dedicados al reconocimiento del séptimo arte.

Aunque bueno, mientras todo esto ocurría el día 3, día de la inauguración, en la sede alterna, Pátzcuaro; un día antes se presentaron dos cintas icónicas del director español Luis Buñuel: Un perro andaluz (1929) y La hija del engaño (1951), restauradas por la Filmoteca Española en vínculo con la Filmoteca de la UNAM y presentadas por Guadalupe Ferrer, directora de esta institución; en el Teatro Emperador Caltzontzin.