'Sin tiempo para morir' - Larga vida a Bond
'Sin tiempo para morir' es un cierre más que notable a la etapa de Daniel Craig como James Bond. Una película que además de resarcirnos por completo del mal sabor de boca dejado por 'SPECTRE', a la que revaloriza como una suerte de mal necesario, funciona especialmente bien como secuela que canibaliza a su favor el legado de Craig como 007. Viendo una tendencia en la que brillan con luz propia su primera, tercera y quinta misión, parece que el actor se jubila en el momento más oportuno (¿antes de volver a llamar a Martin Campbell?).
A su favor, siempre va a tener algo que no ha tenido otro Bond: Un arco dramático claro de cinco películas que se lo pondrán a su sucesor (o sucesora...) mucho más difícil de lo que se lo puso Pierce Brosnan a él, Timothy Dalton a Brosnan, o Roger Moore a Dalton. Pero sobre todo 'Sin tiempo para morir' asienta a Bond como un personaje todavía muy vigente en el siglo XXI y al que bien acompañado todavía le queda mucho por decir. O según se mire, a muchos a los que matar que a pesar de tantos años de servicio sigue habiendo mucho loco cabrón suelto.
Como no podía ser de otra manera, 'Sin tiempo para morir' es una película de acción a la vieja usanza marcada por la imponente presencia de Daniel Craig como Bond y en donde predomina la acción física, bien dosificada y diseminada a lo largo de su extenso metraje. Una película larga -aunque nunca pesada- que a pesar de continuos vaivenes y manejar muchos elementos a los que apenas saca punta siempre mantiene el interés, siendo realmente meritorio que, a pesar de un clímax no especialmente inspirado ni logrado, logre concluir por todo lo alto.
Es cierto que desaprovecha muchos de sus ingredientes en favor de la causa, como una apisonadora en donde al final, como marca la tradición y el género, todo se resume y simplifica en "bueno contra malo"; también, que especialmente sus tiroteos o peleas están rodadas sin ningún brillo en particular, incluso con cierta desidia. Pero no es menos cierto que la película funciona como las de Christopher Nolan, como sin ir más lejos el Bond encubierto que era 'Tenet': Como un rodillo que empuja e impulsa con fuerza la historia siempre hacia adelante.
Al final queda un conjunto donde salvo Ana de Armas todo se siente necesario, y no hay nada relevante que haya quedado fuera: Un conjunto fuerte y poderoso, con una narrativa clara y meridiana que justifica su extenso metraje y una historia que revisada con posterioridad, en nuestra cabeza, se siente rotunda y contundente. Tanto como lo es el poso final que nos deja 'Sin tiempo para morir', una más que notable película de acción, además de una más que notable película de Bond (a pesar de su seriedad, no exenta de un fino sentido del humor).
Del Bond "de Craig", en un broche se siente que de oro a una etapa de cinco películas durante las que, probablemente, el agente secreto más famoso del mundo nunca se ha sentido tan cercano y humano, vulnerable y a la vez mortífero. Una quinta y última entrega que justifica hasta el último céntimo el precio de una entrada de cine, en lo que sería un ejemplo modélico de blockbuster que, en realidad, ni brilla ni destaca por ninguno de sus elementos en particular, sino por la suma de todos ellos y el inteligente aprovechamiento de la herencia recibida.
Larga vida al servicio de su Majestad, la audiencia.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex