'¿Podrás perdonarme?' - Tantos, y a la vez tan pocos
'¿Podrás perdonarme algún día?', como todas las pequeñas grandes películas, tiene una pequeña gran cualidad que la convierte en esa misma "pequeña gran película" que resulta ser: Su historia es una coartada para hablar de algo quizá no tan interesante, pero sí más humano; quizá no tan glamuroso, pero sí más conmovedor. La historia de '¿Podrás perdonarme algún día?' no es tanto la historia de una falsificadora, que también, como la historia de una persona que se siente sola en un lugar como Nueva York en donde si algo no falta, como en toda gran ciudad, son personas con las que convivir... en la medida de nuestras posibilidades, claro está. Tantos, y a la vez tan pocos (o ninguno).
La historia del ascenso y caída de Lee Israel como falsificadora literaria es algo que relató la propia Israel en su autobiografía de 2008, no sin el debido toque de humor que evidencia que al fin y al cabo, la vida es así: Una divertida desventura a poco que uno se lo tome con algo de humor y la suerte le acompañe, por supuesto. Pero bajo las simpáticas "necesidades" delictivas de Israel, en uno de esos personajes que marcan un antes y un después en la carrera de alguien como Melissa McCarthy, se encuentra una historia más personal: La de una marginada solitaria, amante de los gatos y con problemas de alcohol cuya anodina vida encontró un desahogo en la escritura...
... y en su por lo visto innato talento: La falsificación, que como todo en esta vida, puede ser un arte tan digno como sí, fraudulento. Pero eso es lo de menos... aquí: Sus impecables falsificaciones le otorgaron a Israel el reconocimiento que no había logrado con sus propias obras pero, más importante, le hicieron partícipe, en cierto sentido, de una sociedad que le daba la espalda, y a la que a su vez, ella también le daba la espalda. De ser poco menos que una cincuentona soltera, fea y pobre a sentirse especial, útil, respetada. Aunque fuera principalmente a través de la figura de un personaje tan poco fiable como el de Jack Hock, interpretado con no menos brillantez por Richard E. Grant.
Al igual que sucede en 'Green Book', la emotiva relación entre ambos personajes, así como la labor de sus respectivos intérpretes elevan un guión, muy del gusto de Fox Searchlight, por encima de unas posibilidades que tampoco son pocas. Unas posibilidades, además, bien encauzadas por Marielle Heller, realizadora cuyo pragmatismo y concisión narrativas ya mostró en 'The Diary of a Teenage Girl', otro drama amable y simpático sobre los 100 minutos de vida. Una vida, la de Lee Israel, que sorprende por cuanto la humanizan sus imperfecciones y un carácter arisco. Una película, una pequeña gran película como '¿Podrás perdonarme algún día?' que sorprende por cuanto no hay nada que perdonarle.
El talento de las pequeñas cosas. El talento del trabajo bien hecho. El talento de contar una buena historia. El talento de una vida, posiblemente, más emocionante que la nuestra pero no por ello menos humana. Y el talento del espectador, o la falta del mismo, para rebajarse hasta el punto de sentirse identificado de alguna manera con la no tan pobre Israel.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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