'Megalodón' - Medio, medio
'Megadolón' podría ser la versión "para todos los públicos" de aquel 'Piraña' que dirigió Alexandre Aja en 2010. Tanto en el buen sentido como en el mal sentido: Es mejor película, pero peor pasatiempo. Entre comillas, claro está, porque en esencia ambas vienen a ser igual de estúpidas. La diferencia, posiblemente, esté en el presupuesto. Y en ese "para todos los públicos" que provoca que "no se moje" y se quede justo en medio de lo que sería la chicha y la limoná.
Ese "para todos los públicos" que limita muy mucho el empleo de una sangre y violencia que, a la hora de la verdad, se echan en falta. Porque la película, una película como 'Megalodón', demanda encarecidamente mucho más que un brazo flotando en el agua. También, por otro lado, evita que dependa exclusivamente de ello como ocurría en la mencionada película de 2010, a la postre, desfigurada por completo por culpa de esa devoción embrutecida por la sangre (barata).
Si aquella 'Piraña' era carne de cañón para las sesiones de medianoche con amigos y una cerveza, 'Megalodón' sería carne de cañón para la sesión del mediodía con familia y unas palomitas. Una película sumamente correcta que a pesar de ser consciente de su propia estupidez, no permite que dicha "estupidez" se apropie de la narración manteniendo, en todo momento, una cierta (y muy relativa) dignidad como la película que (se supone) hay debajo de todo blockbuster.
El principal hándicap de 'Megalodón' es que es una película para las 00:00 de la noche hecha para ser vista a las 12:00 de la mañana, algo que resulta especialmente evidente hacia el final, tengamos en cuenta o no a filmes como la mencionada 'Piraña'. Una película cara y con necesidades comerciales que, como aquel que dice, se ve obligada a "disimular" y a ser, para entendernos, como la versión para todos, y a la vez para nadie que fue la 'Liga de la Justicia' de Warner Bros.
Esto es, 'Megalodón' es un blockbuster que ante la posibilidad de elegir un bando, prefiere no hacerlo. Que no se moja. Es relativamente competente, correcta y hasta cierto punto resultona sin dejar de ser, a su vez, como una gota de agua en el océano. Como un gamberro encerrado en el cuerpo de un maniquí. Como el perro del hortelano. Como un tiburón sin dientes. Como una película de 'Misión: Imposible' en la que Tom Cruise se tirase todo el rato sentado en una silla.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex