Vincent Cassel es el principal reclamo de esta cinta donde interpreta al artista francés Paul Gauguin en la época donde emprendió un viaje a Tahití para liberarse de las ataduras europeas que le limitaban artísticamente.

Para los que son artistas se identificaran con las motivaciones de Gaugin, para los que quieren un drama tienen su parte con las penurias del pintor y para los que son cinéfilos tienen el sólido trabajo de Vincent Cassel; si bien el resto del plantel, aunque no tienen su reputación ni su talento, acompañan de sobra para lo que se les pide.

El filme no da para un análisis exhaustivo ni es lo que busca. Simple y llanamente es un retrato de un extracto de la vida de Paul Gaugin cuyo resultado es bastante digno, pero no como para subirlo a los altares, a pesar de los evidentes esfuerzos del actor francés.