'El hombre invisible' - Se ve
Si obvias lo estúpida que puede ser, 'El hombre invisible' es una película más bien floja; sin embargo, si por el contrario reparas en lo estúpida que es, entonces es una película más bien mala. Ya sólo su título se puede considerar un error de concepto, planteamiento e incluso de desarrollo. No nos hace falta ver su tráiler para saber con qué nos vamos a encontrar pero, sobre todo, para como espectadores, ir un paso por delante de una película que podría haber funcionado mejor... que podría haber funcionado de no haber estado tan condicionada por su título.
Porque esta nueva película en torno a 'El hombre invisible' es una reinterpretación que en realidad no necesita a dicho personaje para existir... quiero decir, para entendernos, del mismo modo que el 'Joker' de Joaquín Phoenix podría haber sido un pirado cualquiera. Pero no, desde que leemos su título al principio de la película sabemos que Elisabeth Moss no está loca. O algo. Y esa podía haber sido la gran baza de una película que sin eso, puede ser entendida como una versión extendida de su tráiler. O cómo la mera visualización de su sinopsis oficial.
En ese sentido, 'El hombre invisible' es una película de serie B que a ratos funciona medianamente bien como un sencillo relato de serie B. Como una de esas películas de género muy ligadas a la época del VHS de las que no había gran cosa que nos sorprendiera. En parte, esa era la gracia: En lo predefinido de un argumento que, como sin ir más lejos, en la anterior película del propio Leigh Whannell, 'Upgrade', se desarrollaba con sencillez, fluidez y pragmatismo. Su fortaleza estaba en la falta de vergüenza a la hora de reivindicar su servidumbre genérica.
Sin embargo 'El hombre invisible' no es 'Upgrade', y la divertida sencillez sociofestiva de aquella se ve cohibida por el oportunismo post-Me Too que además impulsa su metraje hasta las dos excesivas horas de metraje. Y es que no es tanto una reinvención como una reformulación al calor del momento incluyendo, ya de paso, el consabido "girito" efectista por ilógico que pueda ser y que tanto asociamos con M. Night Shyamalan. Un Shyamalan que, por cierto, bajo el título de 'Múltiple' supo reinventar un género y un personaje a la par que sorprender sobre la campana.
Se agradece el esfuerzo por parte de Leigh Whannell, especialmente en lo que a su puesta en escena se refiere. Pero dicho esfuerzo cae en saco roto por lo forzado de su premisa y una mochila repleta de incongruencias que alejan a la función de ese efectivo o tenso thriller que por momentos es y/o amenaza con ser. Un "sobrepeso" un tanto estúpido por cómo se muestra, no por lo que pueda representar aunque eso sea lo que tanto la condicione, y que tanto entumece a este imposible divertimento que incluso sale perdiendo con 'La momia' de Tom Cruise.
'El hombre invisible' es una película de serie B que funciona medianamente bien, a ratos y de mal en peor que hubiera funcionado mejor que bien y al completo, hasta el final, si sus incongruencias al menos hubieran servido más al género que a la causa, se diría, el fin último de una revisión más oportunista que oportuna. Demasiado tontorrona como para tomársela en serio, demasiado "importante" para disfrutarla a la ligera, en una en potencia efectiva película de género apaleada y enterrada bajo el doble rasero del lánguido efectismo moral de clase media norteamericano.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
No, no es un panfleto. Pero es un hecho que muchas personas votan en base a este tipo de cosas, no necesariamente por la calidad que pueda tener. A mí no me ha hecho bajarle la nota, como menciono en la crítica "un tanto estúpido por cómo se muestra, no por lo que pueda representar aunque eso sea lo que tanto la condicione".
Lo que me ha hecho bajarle la nota es que me parece que la historia, tal y como la propone, me resulta estúpida, incoherente y tramposa. El hecho de que no sea una mera película de género, sino que además tenga "algo importante" que transmitir hace que eso pese más en su contra que por ejemplo si fuera 'El muñeco diabólico', que era más una película sobre un muñeco asesino a la que no había que darle más vueltas.
UPDAIT: En realidad le subí la nota del 3,5 al 4, que la realización de Leigh Whannell tiene su encanto, y además es todo un detalle que su protagonista sea alguien como Elisabeth Moss y no una inexpresiva modelo de veinte años, como suele ser demasiado habitual en este tipo de películas de terror. De hecho me acabo de acordar de que esto era realmente lo que quería poner como "Lo mejor".
-0.5 puntos porque fingir tu propio suicidio parecer ser extremadamente fácil y no tener consecuencias para el empresario más puntero del país en su campo.
-1 punto por la apología del ya manido mensaje poco trabajado.
Spoiler
-0.25 porque la prota se mete en la habitación echando harina en el suelo para saber cuándo se acerca y acto seguido se le ocurre lo del movil y ya olvida lo que estaba haciendo
-0.25 puntos a ese restaurante que sirve cuchillos de carnicero.
-0.25 puntos a los reflejos anormales de Elizabeth Moss para coger cuchillos al vuelo.
-1.5 puntos por haber convertido el monstruo de la Universal en el magnate investigador friki de la tecnología de la Universal, resultando en una especie de versión oscura de Iron man 3 donde un traje de última generación pasaba de unos a otros en un mundo mágico donde no existen tallas de ropa.
-0.5 puntos porque no sé cómo ni cuándo come, mea y caga con ese traje.
-1 punto porque después de todo lo que ha pasado el poli deja que la prota se vaya con el traje, porque ella lo vale.
Nota final de la asignatura: suspenso.
4.5/10
Vale, no voy a seguir con la broma. Tiene un minuto bastante disfrutable que no recuerdo cual era, el resto es taaan absurdo que roza o se empapa en comedia mala desganada.
Por cierto, el titulo en si es un spoiler como una casa que es donde podría estar la miga del asunto. ¿ Está loca? ¿ Es real lo que ve?
Lástima.
Una dirección impecable. Una notable actuación de su personaje principal. Un 9.
Una reinterpretación de un clásico del terror siempre es bienvenida si se hacen con los cimientos correctos. Ahí están como ejemplos la versión de Coppola de Drácula o la trilogía de 'La momia' con Brendan Fraser y Rachel Weisz. Si los cimientos son frágiles, casi con toda seguridad la casa se caerá y se hará sentir al espectador que se ha perdido el tiempo.
Este es el caso de 'El hombre invisible', dirigida por Leigh Whanell (cuya anterior película, 'Upgrade (Ilimitado'), supuso una película fresca sobre cibernética) que parecía contar una versión novedosa sobre el mítico personaje de terror. Quiere ser muy ambiciosa, pero en realidad no pasa de ser poco más que un telefilme con algo más de presupuesto.
Elizabeth Moss aporta su talento frente a la cámara como la sufrida Cecile, quien sufre de lo lindo con un acosador que no ve; si bien el guion tampoco se molesta demasiado en jugar al despiste y tratar de engañar al respetable para que el efecto sorpresa sea más ruidoso. Solamente cabe esperar cuando se descubrirá lo evidente.
Por otro lado, esta producción (un poco más disimulado, eso sí) de ese tremendo error que es esta moda de empoderar a la mujer de forma artificial cuando en el pasado ya había formas más elegantes de hacerlo. No hay que irse muy lejos, 'El hombre sin sombra' (2000) trató este tema del psicópata invisible con más elegancia, inteligencia y matices; aquí solo es un machirulo que no acepta un 'no' por respuesta.
La idea plasmada en la pantalla no era del todo mala, solo que aquí lo del 'menos es más' aplicado al libreto no sirve y habría sido de agradecer un guion más pulido, con más capas y menos empoderamiento postizo en el que su resolución final parece perjudicar más que beneficiar dicho mensaje.
4