Érase una vez...

... que, después de lo mucho que habíamos disfrutado con 'Relatos salvajes', el día tenía que ir a acabar con 'Murieron por encima de sus posibilidades'. Un día hasta entonces alegre y dicharachero en virtud del Pintxo-Pote, o algo que se le parezca (que no tengo claro cómo se escribe), de ahí también que abandonáramos las barricadas tan pronto... que ni San Sebastián es sólo cine, ni el despropósito de Isaki Lacuesta tiene por qué tener la culpa de todo, salvo, si acaso, de la mala leche post-función.

Y es que la cinta es un estúpido y vergonzoso desfile de caras conocidas sin mayor gracia (ni nada mejor que hacer) que ninguna conocida, más allá del simple porque puedo... o porque simplemente, pasaba por ahí y algo había que hacer. Qué cara es a veces la amistad, ¿verdad? Ni aún tomando antes tres cañas (dobles) así a ojo, con o sin pintxo, uno le conseguiría pillar la puñetera gracia, si es que tiene alguna que no sea al director des-huevándose al otro lado de la pantalla. Literalmente, incita a la bebida. Pero en el mal sentido.

Nota: 2,0

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex