'El buen amigo gigante' - El gran Spielberg bonachón
Y de verdad que sí. Hasta en una película relativamente menor, e incluso podríamos afirmar que relativamente fallida como es 'El buen amigo gigante' Spielberg demuestra lo grande (y bonachón) que es. Es cierto que cuesta entrar un poco y vencer la incertidumbre inicial; y que también cuesta (un poco) hacerse a un estilo visual que se queda a las puertas del cine de animación (disfrutado sin más en Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio). Pero si consigues "amoldarte" -y esta es la palabra exacta- se trata de una cinta que se disfruta. Y además bastante, aunque lo dicho, no se trate precisamente de la mejor versión del director norteamericano.
Hay algo que Spielberg sabe hacer como pocos, y es resucitar al niño que todos llevamos dentro. Pero no es lo único que aquí el amigo sabe hacer como pocos: en esta época que cada vez más parece anclada en los años 80, con la constante referencia a la década prodigiosa amenazando con transformarse en una auténtico losa pesada, Spielberg sabe hacer como pocos aquello de tener presente la herencia al mismo tiempo que se mira hacia delante y se avanza un paso. No de forma tan agresiva como Quentin Tarantino, pero sí con la misma clarividencia como para hacer del pasado otra forma de inspiración para el futuro tan válida como cualquier otra.
Hasta cuando, como es el caso, estamos ante una de sus versiones "menores", siendo que lo más probable es que 'El buen amigo gigante' no sea parte importante de cualquier vídeo resumen de la carrera de un director con títulos tan emblemáticos como para que el nivel, todo sea dicho, no es que este precisamente tan bajo como para que eso sea molesto. En una de sus versiones menores, pero de largo suficiente (es que nunca falla) para que el milagro se produzca por enésima vez. Como se preguntaba mi compañero Reporter en aquel lejano mes de mayo, ¿adaptar a la perfección el universo de Roald Dahl (y Quentin Blake)?
Pues sí, porque la película en cuestión no es sólo una transcripción prácticamente literal del libro homónimo, sino que además, y sobre todo, condensa, en poco menos de dos horas, todo su espíritu. El tiempo pasa volando, y cuando nos hemos querido dar cuenta ha sido para cerrar la boca, algo avergonzados, porque estábamos una vez más cautivados con la honrada sencillez que se desprende desde la pantalla. Como el chaval que algún día fuimos. Y que de vez en cuando volvemos a ser gracias a la inestimable ayuda de amigos tan buenos como el mencionado Spielberg, con el don innato de hacer que lo difícil parezca sumamente fácil.
Poco importa si hemos visto a Spielberg en mucha mejor forma, porque lo cierto es que a algunos pocos súper-dotados (y él, está claro, lo es) el cine les va a fluir siempre por las venas. Sí, de acuerdo, a lo mejor ya no está el cuerpo para demasiados trotes y la magia a estas alturas no brilla con la misma intensidad (quién sabe en que medida por los ojos que la ven, y no por las manos que le dan forma). Y a lo mejor llegamos al final de al cinta con las energías justas para cumplir, y desinflándonos un poco a la hora de rematar, pero por el camino, se han dejado innumerables evidencias de un talento que, por fortuna, no se apaga; que sigue latiendo con fuerza.
En las transiciones; en las resoluciones visuales para imponerse al montaje; en la compenetración con los actores (de nuevo, estupendo el ahora digitalizado Mark Rylance, y de nuevo una muchachada adorable, Ruby Barnhill); en la gestión del ritmo; en el empleo de los efectos especiales al servicio de su majestad; en la comprensión del material de base; en la regulación del suspense o la comedia; y por supuesto, en ese inconfundible y embriagador sentido de la aventura. Nuestro gran amigo Spielberg ha vuelto a refrendar el por qué merece muy mucho la pena esta amistad, y de paso ha vuelto a poner en pie al niño que muchos (aún) llevamos dentro.
por Víctor Esquirol Molinas & Juan Pairet Iglesias
@VctorEsquirol / @Wanchopex
Te aconsejo que le eches un vistazo al libro, que además se lee en un par de días. :guiñar
Nota: 5'4
Spielberg suele tener muy buen ojo con los chavales. Casi siempre lo ha tenido.
Además de esto ultimo, la relacion entre los protagonistas no acaba de convencer como esa gran amistad que puede luchar contra todo, no hay ese cariño especial que deberia crecer a cada minuto .
mi puntuación es un 4, se que probablemente merezca un aprobado pero la niña que vio esta película de pequeña (en otra versión por supuesto) ha quedado desencantada con una dirección tan calculada que podría compararse al de una ecuación matematica.
lo mejor: visualmente es preciosa, te hace meterte muy bien en ell tema de cazar sueños, ha sacado mucho mas partido al mundo de los gigantes, han creado todo un universo alla arriba comparable a nunca jamas.
lo peor: su falta de humanidad, la niñez perdida en una historia que deberia sacarme lagrimitas (y yo lloro con casi todo, con decir que llegue a llorar con up entre otras XD), cuenta una historia sin implicarse realmente en ella.