'Manchester junto al mar' - Me han dicho qué
Acertada o no, tengo una sensación que no me puedo quitar de la cabeza: 'Manchester junto al mar' se ha encontrado con un regalo llamado 'La La Land'. Y al decir "sensación" me refiero a una "certeza" que no tiene mayor fundamento que mi santa opinión. Tenga o no razón ya es lo de menos, que una vez ha accedido a un rincón de mi cabeza ahí se quedará, agazapada cual cobarde en uno de esos juegos online del estilo al Counter Strike, que mi cultura como jugador poco aficionado no alcanza a poner otro ejemplo que no suene tan del siglo pasado.
En fin, a lo que iba. No he visto 'La La Land', pero no hace falta hacerlo para sospechar que ganará el Óscar a la mejor película. El agua moja, el cielo es azul... y 'La La Land' gana el Óscar. ¿Qué emoción hay en eso? Así que esa gente a la que representan tipos como el Fumador se le ocurre "encontrarle" competencia, y elevar a los altares alguna otra película que pueda quedar bien a su lado, y que convenientemente vendida pueda "poner en duda" lo que de otra manera sería una victoria tan aplastante como para desacreditar moralmente a los citados galardones.
'Manchester junto al mar' vendría a ser "ese" contrapeso, una película medianamente ensalzada por casualidad o mediante una conspiración judeo-masónica, que no tengo claro que significa pero queda muy bien escrito. Por supuesto esto no tiene por qué desacreditarla, si bien a nosotros los españoles que los Óscar nos llegan envueltos en un papel de regalo nos influye. Especialmente a los que no les gusta rascar más allá de la etiqueta y se dejan llevar, cual borregos, alabando y/o menospreciando filmes que muy posiblemente nunca vean.
"Me han dicho qué". Y a menudo funciona. Casey Affleck lo hace muy bien y el que ahora es su hermano, y no al revés, no lo hace tan bien... aunque el primero no haga más que imitar la cara de alelado del segundo solo que los estragos de la cirugía aún no han hecho mella todavía en su expresividad. Y que bonito queda recuperar para la causa a un tipo como Kenneth Lonergan, una firme promesa hace unos diez años cuya carrera cometió el error de hacer tratos con la que está considerada la mayor causa de muerte en Hollywood, los hermanos Weinstein.
Releyendo, parece claro mi desprecio hacia 'Manchester junto al mar'. Y en verdad esto no es así, que conste y por más que sus dos horas largas de metraje sean una experiencia que no pienso repetir en la vida. El problema, para mí, y el motivo por el cual no me la puedo tomar en serio, es que no tengo claro si se trata de una comedia o de un drama. Demasiado ridícula para tomársela en serio, demasiado aguda como para tomársela a broma. Siempre sobre esa "delgada línea roja" que separa a lo uno de lo otro, como la vida misma que no viene con un género de serie.
Baste la escena para la que han contratado a Michelle Williams, una sola escena, y que al igual que la famosa aquella de 'Funny Games' puede causar dos efectos diametralmente opuestos... a la vez. De ahí nace mi desprecio, pero también de mi respeto, ambos por supuesto más allá de los pensamientos (o necesidades), gustos (o intereses) de un grupo de personas al otro lado del charco. 'Manchester junto al mar' transita sobre la cuerda floja sin caerse, en una enorme demostración de como estar continuamente ganándose una hostia que al final nadie te da.
Ese es el auténtico encanto de 'Manchester junto al mar', una cinta que comparte con el cine de Shyamalan el empeño por el auto-boicot como una forma de expresión artística, y como una forma de sellar su autoría por parte de Lonergan. La imperfección y las tintas a medias, no hacerlo simplemente bien pudiendo hacerlo algo peor pero a la vez más interesante, y a su vez, más reconocible que no necesariamente auténtico, en una lucha de poderes de la que surge un, lo dicho, encanto que hace de ella un bonito rival que poner en el podio al lado de 'La La Land'.
Lonergan sobrevive a los Weinstein planteando no obstante si lo de 'Margaret' no fue igualmente su culpa, especialmente a la hora de valorar unos pros y contras que se encuentran, curiosamente, tan cerca del mar como la auténtica Manchester británica (que para quién no la ubique, no está precisamente "frente al mar"). En ambas encontramos la sombra de una obra en apariencia inacabada y repleta de irregularidades que la confieren una singular fuerza, de una complejidad malograda y madura tan fascinante... aunque no sea necesariamente para bien.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Destacar sobre toda ella, sus actuaciones, encabezadas por un genial Casey Affleck, que no necesita caer en histrionismos y hace de la contención su mayor virtud. Quizá he echado de menos que profundizaran más en su relación con Michelle Williams para hacer si cabe más potente la llegada del suceso que lo propicia todo, pero aún con ello nos obsequian ambos con las dos secuencias más recordables del film. Y aparte de ellos dos, un gran elenco que nos obsequia con miradas y acercamiento a la soledad, los conflictos familiares, la muerte, la adolescencia, el amor, la rabia, el huir, el seguir adelante, rencor, religión, alcoholismo...
Para muchos será un film muy largo en el que parece, a muchos tramos, que no pase gran cosa. Pero creo, y futuros revisionados me darán o quitarán la razón, que hay muchas capas en lo que nos cuenta y desde la sencillez, Kenneth Lonergan ha hecho una gran película.
No lo comenté pero me pasó igual, me quedé con las ganas de conocer mas sobre su personaje y menos sobre su sobrino, me 'sobra' alguna escena del crío por reiterativa y me falta aprovechar mas a Michelle que además está muy bien en su papel.
Le doy un 8.
6.5