Durante el debate en Estados Unidos sobre la reforma de salud, los medios de comunicación-reporteros y equipos de noticias y cineastas-no lograron poner un rostro humano a lo que significa no tener acceso a la asistencia sanitaria. Remote Area Medical llena ese vacío, se trata de una película sobre la gente, no la política. Centrarse en una sola clínica de tres días celebrada en el Bristol Motor Speedway en Tennessee, Remote Area Medical nos ofrece una perspectiva privilegiada sobre el flujo y reflujo del evento, desde la tensa distribución de entradas de las 3:30 am que determina quién se ve a la chequeos de rutina que se turnan dramáticas para el peor, a los medios de riesgo a las que algunos pacientes recurren para aliviar el dolor. Nos encontramos con un médico que también conduce un camión de 18 ruedas, un fabricante de prótesis que claros de luna como un joyero, y fundador de la organización, Stan Brock, el primero que imaginó Remote Area Medical mientras vivía como un vaquero en la selva amazónica, a cientos de millas de la médico más cercano. Pero son las historias extraordinarias de los pacientes, desesperados por la atención médica, que crean una impresión duradera sobre el estado de la atención sanitaria moderna en Estados Unidos.