Chrys Boyce tiene un cargo insignificante en una instalación de defensa, donde descubre unos documentos que demuestran que la C.I.A. está coaccionado bajo cuerda a otros países. Le confía su descubrimiento a su embaucador amigo Andrew Daulton Lee, ocasional traficante y consumidor de drogas. Andrew convence a Chrys de que venda esa información a los soviéticos a cambio de una importante suma de dinero, ofreciéndose a ayudarle en el negocio. El asunto se les va de las manos cuando Chrys descubre que la corrupción no es exclusiva de EEUU y al descontrolarse el consumo de droga por parte de Andrew.