1945, poco antes del final de la II Guerra Mundial: Anna y su hijo Felix de once años huyen de la Múnich bombardeada y buscan refugio en el pueblo natal de Anna en la Baja Baviera. Pronto queda claro que no encajan en el pequeño pueblo.

 

Mientras Anna sufre interpretándose como una nacionalsocialista convencida, Félix quiere evitar ser un extraño y se integra en el pueblo; rápidamente será seducido por la propaganda nazi de Feik, el jefe nazi local, y de su arrogante hijo Karri.

 

Afortunadamente, Felix encuentra una 'habitación de cristal' mágica y brillante en el ático de la nueva casa, un misterioso espacio en el que poder evadirse con sus juegos.

 

Anna queda devastada al conocer que su esposo ha muerto en la batalla. Sin embargo, Felix experimenta lo que significa ser el hijo de un héroe caído.

 

Un día, mientras juega con sus amigos en el aserradero, Felix descubre a un desertor. Todos están de acuerdo: hay que denunciar al hombre. Lo que Felix no conoce todavía es la identidad del desertor.