Capítulo V: Normal
A quién madruga Dios le ayuda. Eso decimos a veces... concretamente, cuando nos es oportuno, por supuesto. Porque madrugar para encontrarse con 'El país del miedo' no parece que suponga lo que se dice una ayuda "divina" de ningún tipo.
El chiste fácil, como que mejor estábamos en la cama. Y así seguimos. La extrema ingenuidad con la que se adapta la novela de Isaac Rosa la sume inexorablemente en el ridículo. Chabacana y torpe, muy torpe a la hora de afrontar un tema al que banaliza por completo, básicamente, porque ni la propia película se cree lo que está contando. Forzada, exagerada y manipuladoramente plana.
La que sí cree -demasiado- en sí misma es 'Requisitos para ser una persona normal', que cumple todos los requisitos para ser una guía de autoayuda supernormalita. Y por supuesto, tan moderadamente cuqui como para ponerle la etiqueta de Ikea al espíritu hipster y que la inercia haga el resto. Cumple, que no es poco, aunque también dilapida cualquier provecho al no amagar, siquiera un poquito, con salirse de la zona de exposición predefinida en el manual del supermercado.
Quizá a la segunda -si la hay- Leticia Dolera se atreva con algo mínimamente valiente o arriesgado... como lo es 'Animal', una producción verdaderamente desconcertante. Claro que, siempre nos quedará la duda: ¿es un filme consecuente con una intención... o un accidente fortuito? Como lanzar las piezas de un puzzle al aire... y a lo que salga. Y en ese sentido no se le puede negar cierta valía, más a sabiendas de los condicionantes de su rodaje, si bien tampoco se la puede justificar mediante el mismo argumento.
En resumen, un esperpento tan cercano a lo experimental que aunque pueda resultar patético por momentos, en verdad, tenemos miedo de rechazar incondicionalmente al no ser, cuanto menos, un desastre convencional que hayamos visto un montón de veces. Que no sea por miedo a lo diferente, sino por respeto a lo distinto.
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
No entiendo exactamente a qué te refieres.
Os habéis ido de Málaga sin probar pescaíto?
Hemos comido un poco de todo, y también lo que nos ha salido de los mismísimos. Pero es algo que no tiene por qué tener cabida en las crónicas.