'ZeroZeroZero' - La delgada línea blanca
Mira la cocaína: Verás polvo. Mira a través de la cocaína: Verás el mundo.
'ZeroZeroZero' sigue el viaje de una enorme embarcación que transporta cocaína, desde los carteles mexicanos que manejan la producción de la droga hasta la organización criminal italiana que maneja su distribución mundial y los negocios norteamericanos -aparentemente bajo sospecha- que controlan las supuestas cantidades infinitas de dinero que mueve este mercado. El viaje de la embarcación provoca una disputa de poder con todos los involucrados, desde el camello de barrio hasta el jefe más poderoso de la jerarquía del crimen organizado internacional, con sus vidas y supervivencia colgando de un hilo.
Todo ello a lo largo de ocho capítulos repletos de saltos temporales y espaciales.
Ocho capítulos tan adictivos como podría ser la propia cocaína... si es que la cocaína puede llegar a serlo tanto como una serie de televisión, claro está.
'ZeroZeroZero' ofrece una visión caleidoscópica en torno a la gestión del tráfico de esta sustancia, principalmente, por supuesto, desde el lado oscuro de la misma. Un mosaico protagonizado, en su mayoría, por descontado, por personajes de moral frágil, voluble e interesada que propicia la sensación manifiesta y constante de que el mundo, la versión del mundo que retrata 'ZeroZeroZero', es como bien podemos creer que era aquel mundo del lejano oeste retrato en 'Westworld'. Con la violencia, como recurso tan orgánico como sensacionalista, tan natural como televisivo siempre a punto de hacer acto de presencia.
Tengámoslo presente: 'ZeroZeroZero' es una serie en torno a un mundo que tenemos la sensación de conocer, más, en verdad lo desconozcamos más allá de lo que nos puedan haber "filtrado" a través de otras ficciones. Es complicado ver 'ZeroZeroZero' y no pensar en otras producciones similares, pues en esencia y reduciéndolo a lo esencial, las producciones en torno al tráfico de cualquier droga, como las producciones en torno a cualquier cosa, cuentan con sus clichés... clichés que eso sí, puede que no lo sean por capricho, sino porque la realidad es la que a base de insistir los ha convertido en parte intrínseca de la vida.
En mi cabeza surgen dos referencias claras, aunque una ya medio olvidada y ninguna de ellas televisiva. Veinte años después, 'ZeroZeroZero' me trae a la memoria el 'Traffic' de Steven Soderbergh, en una suerte de reverso situado al otro lado de la frontera; pero sobre todo al 'Sicario' de Denis Villeneuve. Sobre todo a esta última, en cuanto a tono, nervio y pulso narrativo traídos de la mano sin duda por Stefano Sollima, no por casualidad responsable de la secuela de aquella, 'Sicario: El día del soldado'. 'ZeroZeroZero' podría desarrollarse en paralelo a esta última, como si formarse parte de un mismo universo... de un mismo mundo...
... de una misma realidad convenientemente empaquetada, por supuesto, por descontado, dentro de un formato, en aquella cinematográfico y en esta televisivo, que vienen a cumplir y ofrecer las misma prestaciones de cara al espectador. Ese espectador al que como a un servidor, tanto le gusta ver los toros desde la barrera. Un espectador al que, llegado el caso, y desde el falso desconocimiento, la realidad le puede parecer una simulación más propia de una ficción que del mundo que está al otro lado de nuestra ventana. Un mosaico desplegado y adaptado a los ocho capítulos repletos de saltos temporales y espaciales de 'ZeroZeroZero'.
Ocho capítulos tan adictivos como podría ser la propia cocaína... si es que la cocaína puede llegar a serlo tanto como una serie de televisión, claro está. Es inevitable no sufrir algún déjà vu viendo 'ZeroZeroZero', serie que desde luego no parece única. Como tampoco lo hubiera parecido la mencionada 'Sicario' de no ser por ese "aura" que le imprimieron Denis Villeneuve, Jóhann Jóhannsson y Roger Deakins. Ese "aura" del que salvando las distancias, 'ZeroZeroZero' es tan heredera como lo era 'Sicario: El día del soldado'. No parece nada nuevo ni fresco, pero nuestras vidas tampoco lo son y no por ello dejamos de vivirlas como si lo fueran.
Ahí está la buena mano de 'ZeroZeroZero', y ahí está la atracción por un lado oscuro del que se supone que no formamos parte. De momento: Quien sabe si en el futuro las series sobre el tráfico de drogas se transformarán en series sobre el tráfico de contenidos en streaming, la nueva droga de diseño. Sea como fuere, 'ZeroZeroZero' posee la suficiente personalidad, energía, solidez, nervio y en general lo suficiente como para merecer un hueco, no destacado pero sí visible, dentro de esta "streaming wars" que nos ofrece más series para ver en un año que días viviremos a lo largo de toda nuestra puta vida.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Es simple y llanamente descomunal. De lo mejorcito del año y que pase inadvertida me parece delito. Llega a ser propiedad de HBO y se estaría hablando de una serie de esas que marcan época. Cómo es de amazon...
Enserio, merece mucho la pena.
+1. Es una de las razones por las que hoy en día más que nunca, el éxito se puede considerar como algo relativo. A menudo importa más el quién que el qué, no hay más que ver la relevancia que ha adquirido Disney+ con un catalogo de lo más pobre.