'Vergüenza' (T2) - Cuando menos es más
¿Qué esperar de una continuación sino más de lo mismo... pero que a la vez sea algo ligeramente diferente? Eso viene a ser la segunda temporada de 'Vergüenza', más de lo mismo pero a la vez, algo ligeramente diferente. Todo ello en el buen sentido, en el de la consiguiente evolución sin revolución aunque los seis episodios que consta esta nueva temporada sepan a menos que los diez de la primera.
A menos, que no a mucho menos. No es una certeza, porque nunca lo es ni puede serlo a la primera, pero si una sensación. Cierta u oportunista, circunstancial o por defecto. Pero es lo que queda, la sensación de uno mismo que al fin y al cabo, es la que cuenta (para uno mismo, al menos): Esta segunda temporada, una vez presentados Jesús y Nuria, como que va a saco. Como que ya vamos a lo que vamos.
Tanto a un lado como al otro, sin disimulos. Y ahí es dónde vuelve a hacerse grande esta 'Vergüenza', en su capacidad para ser lo quiere, y lo que queremos que sea, sin por ello dejar un margen para la debida sorpresa. Más de lo mismo, pero a la vez, algo ligeramente diferente: Y encima padres. Una nota de color que sin alterar el compás, le añade un sonido que aunque nuevo nos resulta muy familiar.
Hay nuevos miembros en la familia y nuevos personajes a su alrededor. Un rodaje imposible, un viaje a Mallorca y una pieza de embutido completan los ingredientes de esta nueva temporada que a los puntos, como si fuera como la primera; que en la práctica, como si fuera la segunda. Y a disfrutar de nuevo, como niños grandes, haciendo bueno aquel dicho de "lo bueno si es breve, dos veces bueno".
Aprovechando el tiempo para con menos, parecer más aunque no lo sea, necesariamente. El efecto bola de nieve, de arrastre. De la confianza y la complicidad. Del estado de las cosas, de dónde vienen, siempre con una sonrisa, y de a dónde van, siempre con mala leche y una cucharada de acidez, en un contexto en verdad dramático que sin embargo entra con otro dicho por bandera: Al mal tiempo, buena cara.
Y al que vio la primera, ya sabe que esperar de una segunda que cumple con la norma: Más de lo mismo, pero ligeramente diferente. De nuevo un visto y no visto, de muy ágil visionado y una enorme satisfacción cómplice no exenta de una amenazante moraleja que siempre deberíamos tener muy presente: Nunca perdamos el sentido del humor, porque llegado el caso Jesús y Nuria podemos ser cualquiera.
Y a esperar a ese especial de Navidad con toda la vergüenza del mundo.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La primera era la presentación del personaje y su entorno, con un arranque brutal (con el tema de la ventana del wc) que ya dejaba claro la naturaleza del personaje y hasta qué punto podía dar vergüenza ajena y hasta que límite podía mantener y alimentar una mentira por no claudicar ante una pillada. La 2ª temporada la recuerdo como una sucesión más "a saco" de situaciones del día a día que te hacían tener esa sensación, a la par que provocar la carcajada de forma constante. Esta 3ª diría que pierde en comedia (aún dejando algunas carcajadas) pero gana en empaque y amplía a otros géneros, a una serie más seria y profunda.
La línea argumental central tira del "clásico" elemento de que los personajes de la serie hablen frente a cámara a alguien que los entrevista tras suceder algo realmente gordo y que analicen desde la perspectiva personal, a toro pasado, qué creen que lo causo y si lo vieron (o no) venir. Por tanto se juega con el suspense y la duda (con incluso toques de thriller) de qué habrá pasado y todas las piezas del puzle conducen al clímax final. Todo ello con un punto de partida, seguido de constante análisis y reflexión, sobre el efecto de ser viral, de la fama efímera y de lo cruel que puede ser la masa enfurecida. Jesús, el protagonista, consigue dar incluso pena y hacer que te pongas de su parte, aunque pronto sabe como lograr el pensamiento de "si es que todo lo que le pase es poco".
Sin duda, la trama nos cuenta y conduce a lo más gordo que le ha ocurrido al protagonista hasta la fecha por su forma de ser, más allá de anécdotas incómodas con familia o amigos, aunque ello no evita que nos deje cosas brillantes como lo de "buscar setas", a la altura del mencionado gag de la 1ª temporada del wc y la ventana. Pese a ir más al extremo que nunca y en algún momento puntual rozar pasarse de la exageración o algún instante sobreactuado, la serie consigue resultar natural, plausible y no es fácil.
En resumen, una de las mejores y más originales comedias de los últimos años, que aunque con el paso de cada temporada, lo tenga más difícil, sigue a un gran nivel.
A mí me parece mejor que las anteriores porque como comentas, es más completa a nivel dramático y narrativo. Me sigue pareciendo divertida pero no es simplemente más y más.
Aunque en la entrevista los creadores dijeron que la cuarta temporada no tendría por qué ser necesaria y que por el momento no estaba en desarrollo, sí pienso que la harán, y que además será ya sí que sí la última. Otra cosa es que puedan tardar en hacerla más que esta tercera, por aquella de terminar por todo lo alto.