'Un caso francés' - El caso Grégory
"Esta serie está inspirada en hechos reales. Presenta un importante caso francés, aún sin resolver".
Así comienzan los seis episodios de 'Un caso francés', una crónica pormenorizada del llamado "caso Grégory" el cual, como se nos recalca también al final de cada capítulo, todavía no ha sido resuelto: "Varias personas fueron sospechosas, pero hasta la fecha no se ha encontrado culpable". Para que no haya líos ni malentendidos: Como en 'Zodiac', al final nos quedaremos con las ganas de conocer "el quién". Como llevan los franceses desde hace casi 40 años. Aunque como también ocurría en la estupenda película de David Fincher, eso no es un problema para disfrutar de una producción a la que lo único que le falta para ser redonda es, precisamente, un culpable.
Y es que no todas tienen la suerte de encontrar a su asesino sobre la bocina, como 'The Jinx (El gafe)'.
Es de suponer que no habrá francés al que no le suene lo que relata 'Un caso francés', de igual modo que no hay español que no haya oído hablar de las niñas de Alcácer. No es para menos: el impacto mediático de ambos casos fue enorme, mientras que las heridas abiertas por el desempeño policial y periodístico de cada uno de ellos aún no se han cerrado; básicamente, porque ambas son historias pendientes de un tercer acto que les ponga un auténtico fin. Esto no quiere decir que 'Un caso francés' no tenga un final adecuado, pues esta se centra en los sucesos ocurridos a mediados de los años 80. Cuando por decirlo de alguna manera, pasó "lo gordo".
Lo dicho: pretende ser (y es) una crónica exhaustiva de aquellos años 80, en un relato claramente expositivo, sobrio, formalmente neutro y parco en aspavientos audiovisuales. De una marcada apariencia de fría y templada objetividad meramente documental. Uno tras otro se va sucediendo los hechos, sin prisa ni pausa mientras el protagonismo se reparte entre el amplio abanico de personajes, siempre al servicio de un bien mayor: el testimonio de una serie inmaculada que pretende actuar (y actúa) como un testigo privilegiado. Así, el relato se desenvuelve de manera quizá un tanto fría pero muy viva; de manera quizá un tanto rígida pero a nivel narrativo muy clara.
De hecho 'Un caso francés', además de ser una producción muy francesa, es también una obra notable gracias a su cuidada y discreta eficiencia, la cual, como una bola de nieve rodando ladera abajo, se va haciendo más fuerte a medida que avanza. Aun sin resultar nada especial en apariencia, que al fin y al cabo todos los relatos de este estilo tienen sus constantes. 'Un caso francés' ni inventa ni pretende innovar en nada, siendo un repaso eficaz, claro y meridiano de las líneas de interés y provecho de una investigación tan amena, intrigante e interesante como cualquier otra buena (mala) investigación en la que los hechos hablan en nombre de la mayoría.
Como mayor pero, quizá, podríamos decir que sus intentos melodramáticos no acaban de calar tan hondo como podrían, dado la distancia que la propia serie establece entre el espectador y los hechos que narra; incluso entre los propios elementos que dan forma y unen a estos hechos unos con otros. Un relato claramente expositivo, sobrio, formalmente neutro y parco en aspavientos audiovisuales que en cualquier caso, lisa y llanamente, funciona con la precisión de un funcionario público que está haciendo mejor que bien su trabajo. Sin la magia de Fincher en 'Zodiac', pero con la solidez inmaculada de toda una BBC si no fuera por su inconfundible acento francés.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex