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'The Afterparty' (T2) - No hay muerto que por bien no venga

Vía El Séptimo Arte por 12 de julio de 2023
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Más de lo mismo pero a la vez diferente y a ser posible, también fresco y novedoso. Ese es el reto al que se enfrenta siempre una serie de antología como 'The Afterparty' en una segunda temporada que a los puntos, con dos episodios (y uno de) más, resulta (a menudo) tan disfrutable como la primera. Aunque le cueste más entrar en calor. O a nosotros cogerle el punto a la dinámica y los personajes de esta "secuela" que sobre los mismos simpáticos ideales desarrolla un juego... distinto.

La palabra clave vuelve a ser disfrutar. Y a pierna suelta. Y quien vio la primera temporada (a la que hay unos cuantos guiños) ya sabe de qué se trata: un asesinato, y un episodio para que cada sospechoso tenga su momento de gloria y cuente su historia, cada uno a su manera. Lo que viene a ser un "whodunit" desenfadado y resuelto, en esta ocasión en el marco de una boda a la que el novio no ha sobrevivido. Quién fue, por qué lo hizo, cómo lo hizo... ya sabéis cómo va todo ese rollo.

Y ya sabéis para qué: el pleno disfrute de un público más pronto que tarde, entregado a la causa de manera activa o pasiva. Porque de nuevo es una bola de nieve rodando ladera abajo que engancha, y mucho con cada nuevo capítulo, cada nuevo punto de vista y cada nueva revelación. Aunque con un in crescendo más marcado que el de una primera temporada más compacta y menos discontinua, en una segunda que expande, exprime y rebaña el molde sin llegar a (intentar) romperlo.

Una segunda entrega en apariencia más de andar por casa y a simple vista más ordinaria, con Chris Miller en esta ocasión dedicado a monitorizarla desde la barrera. La impresión de algo menos personal y trabajado a medida que se despliega la historia se torna en positiva, por cuanto al margen de que haya capítulos más o menos estimulantes, sigue tratándose del conjunto, de cómo todos sus elementos se solapan y reman generosa y desinteresadamente a favor de la corriente.

Miller ha dado un paso atrás y la serie a un lado, en un nuevo divertimento escapista algo más templado que el primero que gustará más o menos en función de nuestra afinidad con el contexto y los personajes. Y si bien 'The Afterparty', también a la segunda intenta hacer demasiadas cosas a la vez y no todo le sale igual de bien, su jovialidad y aciertos al final acaban pesando más; en gran parte por una narrativa mutable que llegada el caso puede ser y aguantar casi (de) todo.

Sus aciertos y su mutabilidad, y también su espíritu lúdico, su atemperado sentido del humor, sus distintivos personajes o el desarrollo de un misterio que como buen "whodunit" mantiene hasta el final la incertidumbre sobre quién, por qué y cómo. Se aceptan apuestas, siendo la especulación semanal uno de los alicientes de una serie que a la segunda confirma que a la hora de pasárselo lo que se dice medianamente bien, no hay muerto que por bien no venga. Salvo para el muerto, claro está.


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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