'Rojo' - Érase una vez, los 70
A mediados de los años 70, un hombre extraño llega a una tranquila ciudad de provincias. En un restaurante, y sin motivo aparente, comienza a agredir a Claudio, un reconocido abogado. La comunidad apoya al abogado y el agresor es humillado y expulsado del lugar. Más tarde y camino de casa, Claudio y su mujer, Susana, son interceptados por el hombre extraño. El abogado toma entonces un camino sin retorno de secretos y silencios...
Esta es la sinopsis oficial de 'Rojo', la tercera película del argentino Benjamín Naishtat. Una película no solamente sobre los años 70, sino también una película que refleja el estilo cinematográfico de ese tiempo; en especial, de autores norteamericanos como Francis Ford Coppola, Sidney Lumet o John Boorman, que lograban hacer género y a la vez tocar temas políticamente sensibles. Y es que 'Rojo', más allá del género policial, narra una situación social de silencio y complicidad en un país que estaba avanzando hacia los momentos más oscuros de su historia.
Algo así como 'La cinta blanca' de Michael Haneke. En palabras del propio Naishtat, la Historia no es una foto que se queda fija y de la cual nos vamos alejando. Es una cosa dinámica, que resuena. 'Rojo' habla de un pasado que resuena en el presente: De la apatía y la abulia de la gente cuando pasan cosas graves a su alrededor y prefieren mirar para otro lado. ¿Qué más mientras tengamos pan y circo? El abogado interpretado por Darío Grandinetti no es un villano, tan sólo un tipo que si puede sacar ventaja de alguna cosa la saca, y que si puede callarse una cosa, se la calla.
Como la vida misma, la culpa deja paso a la aceptación. De la vacilación a asumir nuestra propia miseria con total cinismo. La elección entre hacer las cosas bien, o la conveniencia personal. 'Rojo' no sólo cuenta una historia de lo más inquietante, por cuanto desnuda las vergüenzas de cualquier ser humano de bien, también rescata la gramática propia de la época con el uso de zooms, fundidos encadenados o cámaras lentas. Un aspecto muy anticuado pero a la vez irresistible para quién esté curtido en los thrillers sociales y/o conspiranoicos de la década de los 70.
'Rojo' recoge, más de 40 años después, la herencia de los Friedkin, Peckinpah y Boorman. Esa sensación perenne de violencia latente, no necesariamente física pero siempre igual de intimidante también presente en los westerns de los que en 'Rojo' queda igualmente algo. Una sensación de pugna, de conflicto constante entre los personajes a ver quién domina a quién. De que no es tanto lo que se muestra, como lo que se puede leer entre líneas. Que no son tanto los años 70 como puede ser cualquier otra década, que el hombre es como es, un lobo para el hombre.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Cosas de suspenso, cosas de notable. En balance, aprueba.
Tampoco creo que sea relevante. No tengo apenas idea del tema y no recuerdo que esto me supusiera un problema. No es una película histórica en ese sentido.