Una película que existe sólo por (y para) Nicolas Cage. Otra más. Otra más de tantas otras. Otra cualquiera. "La película más salvaje que jamás he hecho", dicen que dice Nicolas Cage sobre ella. Mis cojones.

'Prisioneros de Ghostland' es una película por y para Nicolas Cage. Y ahí acaban los argumentos de lo que en su origen, tal vez, es posible, fue concebido como una reinterpretación de '1997: Rescate en Nueva York'. Una reinterpretación barata y a lo pobre que sería decepcionante si no fuera porque de Sion Sono, a estas alturas de la vida, no cabe esperar nada que no parezca hecho con este mismo desinterés y desgana.

'Prisioneros de Ghostland' es un filme simplón, así como un pasatiempo ramplón que apenas saca partido de algo, tampoco de sí mismo. Bien podrían haberse quedado 30 minutos sin rodar que tampoco mejoraría, probablemente, ni en un millón de años, en lo que más que una película es una tristona y apagada sombra de una sinopsis tan sólo salvada por la presencia de Nic. Siempre Nic. Sólo Nic. Y nada más que Nic.

¿Suficiente? En realidad, no. Se trata, o debería de tratarse de una película. De algo más que un actor, por más que pueda ser alguien como Nicolas Cage (en modo automático). Y lo peor de 'Prisioneros de Ghostland' no es que no haya nada más que Nicolas Cage: Es que asume que con eso ya es más que suficiente. Y ni se esfuerza en convertir una pobre serie B en una pobre pero al menos divertida, o resultona, o eficiente serie B.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex