'Night Sky' - Ante todo mucha calma
Juan José Campanella es un cineasta conocido sobre todo por haber sido el responsable de 'El secreto de sus ojos', película que en 2010 se convirtió en la segunda película argentina en ganar el Óscar a la mejor película extranjera. Sin embargo, desde entonces se ha centrado principalmente en una discreta carrera televisiva en la que destacan los cinco episodios que dirigió de 'Halt and Catch Fire'. Pero 'Night Sky' no es la estupenda serie de AMC creada por Christopher Cantwell y Christopher C. Rogers cuyo tema principal lleva años siendo el tono de mi teléfono móvil.
Campanella dirige los dos primeros episodios de esta serie en la que destacan Sissy Spaceck y J.K. Simmons, de 72 y 67 años respectivamente. Que dos "abuelos" haciendo de "abuelos" sean sus principales protagonistas ya nos da una idea de qué tipo de producción es, Relajada y pausada, madura y adulta, y completamente alejada de los tics, gestos y efectismos que predominan entre el público más joven, inquieto o impaciente. Una serie con la pretensión de conmover que se toma su tiempo para desplegarse a través de al menos dos líneas argumentales paralelas claras.
Una de ellas, la más sustanciosa y también la más sólida, la respaldada y sostenida por Spaceck y Simmons, es un drama marcado por un discreto pero fundamental elemento fantástico siempre tan presente como a la vez tan de fondo. La otra, más funcional y no tan convincente, vendría a ser una historia de respaldo que a modo de complemento sirve para extender la duración de lo que bien podría haber sido una película, sensación esta cada vez más presente dentro de un ámbito televisivo que empieza a parecer demasiado proclive a rescatar proyectos cinematográficos fallidos.
La guerra del streaming. El contenido.
Tal vez no sea así pero la sensación, como ocurría por ejemplo con 'Solo asesinados en el edificio', es la que es: la de un posible buen filme convertido en una no tan estimulante serie. Del mismo modo que 'Devs' o 'Las luminosas', esta 'Night Sky' se despliega con tanta calma y sosiego que cuesta apreciar la imagen en movimiento. Cierto es que no es un problema cuando Spaceck y Simmons están en escena y demuestran el porqué son las estrellas de la función. Tiene sentido y fundamento, pulso y nervio, emoción y encanto. Como lo tiene la serie en no pocos momentos.
El problema es que teníamos un gazpacho para dos pero al que le hemos echado agua para que sea para cuatro. Esto es, hemos perdido textura y densidad y, sobre todo, sabor, ese sabor que podría haber tenido como largometraje, o incluso narrado en cuatro, cinco o seis episodios pero que resulta algo insípido en los ocho actuales. En parte, porque esa segunda línea argumental que nadie había pedido y que nadie echa de menos se come buena parte de su metraje cuando puestos a estar, por estar de cara a confluir al final, podía haber sido resumido con unos pocos brochazos.
O incluso haber irrumpido de pronto, sin tener por qué avisar.
En este punto me viene a la cabeza 'Better Call Saul', y en cómo suelen comenzar sus episodios. O en cómo asomaba la figura de Dennis Rader en la segunda temporada de 'Mindhunter'. Sin embargo en 'Night Sky' esta segunda línea argumental más que complementar interrumpe, entorpece y corta el rollo, lo que unido a su ya de por sí relajado deambular merma de manera considerable el impacto emocional y genérico de un relato que para cuando llegas al Metro aún no ha salido del portal. Sissy Spaceck y J.K. Simmons son abuelos, se entiende y comprende. También se respeta.
Y también son dos intérpretes que hacen que la espera pueda merecer el tiempo. No deja de ser una serie bien empaquetada, con un buen concepto dramático y una buena intriga fantástica que progresa lenta pero segura. A su ritmo, pero firme y decidida. Como decía respecto a 'Las luminosas', se trata de paciencia. De al igual que sus dos estupendos protagonistas, tomárselo con la debida calma (de otro tiempo). La calma que tal vez hemos perdido con la irrupción de Internet, el teléfono móvil y la impertinente abundancia de contenidos (¿en detrimento de historias sencillas pero eficaces?).
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex