Voy a ser claro: Porque a Clint Eastwood se la suda ya, que a estas alturas le basta y sobra con que le dejen a lo suyo mientras pueda. Porque a Clint Eastwood se la suda, porque no lo necesita... y porque en realidad, tampoco nunca lo ha necesitado. Porque a Clint Eastwood se la suda, que de no ser así el Óscar a la mejor película de 'Green Book' podía haber ido para su 'Mula'. ¿Y por qué no? ¿Y por qué no fue así?

Ya lo sé, la mencionada 'Green Book' lo pone fácil, rematadamente fácil. Es un filme que resulta fácil despreciar... o más bien, menospreciar. Es fácil, como tan recurrente es, desde hace dos semanas, preguntarse cómo un filme así ha sido capaz de ganar el Óscar a la mejor película. Algo que, se supone, le atribuye unas cualidades por encima de un importante número de películas. Que se supone que significa... algo.

No tiene por qué significar nada, la verdad, ni tener mayor transcendencia. Sólo es un premio, como también es sólo una película... como 'Mula', el último trabajo de un Clint Eastwood tanto delante como detrás de las cámaras que, bueno, en fin, se la suda el qué dirán, que a estas alturas no tiene por qué prestarse a participar en una carrera, como la de los Óscar, que poco o nada puede aportar a una leyenda curtida película a película.

'Mula' viene a ser 'Green Book' sin el Óscar de por medio. La percepción, al menos y para el caso, sin la estatuilla de por medio, viene a ser potencialmente la misma: Es un filme "chapado a la antigua" que funciona porque, sencillamente, hay cosas que, así de simple, funcionan sin más. Clint Eastwood haciendo de Clint Eastwood en un filme que puede que no sea de los mejores de Clint Eastwood, más no deja de ser un filme de Clint Eastwood.

No deja de ser sólo eso, y porque lo dicho al principio, a Clint Eastwood se la suda todo lo demás: A nosotros, como personas que pretendemos ver una película de Clint Eastwood, probablemente, también. Como con 'Green Book', a 'Mula' le basta con funcionar y hacer algo tan sencillo, pero a la vez potencialmente tan contundente como ir de cara al espectador. 'Mula' no es perfecta, sino lo necesario para ir de aquí a allí.

Porque a Clint Eastwood se la suda, que de haber querido pulir cada maldita arista de la película, muy posiblemente, visto lo visto, el Óscar podría haber sido suyo. "¿Y por qué no?" se responde con un "¿Y para qué si?". Clint Eastwood haciendo de "mula" es, literalmente, una película que no sorprende, ni falta que le hace: La sabiduría de aquel que, curtido en mil batallas, une el punto A con el punto B mediante una sencilla línea recta.

A sus 88 años, que se dice pronto, Eastwood nos regala una de esas películas "de otra época" que sin ser nada del otro mundo, hacen gala de un señorío de lo más efectivo; en especial, en una época en la que las redes sociales suelen darle la vuelta a todo... como se la pueden dar a 'Mula', que también. Porque siempre habrá quién diga lo que diga mientras que a Eastwood, pues la verdad, insisto, se la suda no saber mandar ni un SMS.

Y a quién quiera ver una película como 'Mula', posiblemente, también. Una película, y no más que una película que ha salido como ha quedado. Un buen rato con regusto añejo sin mayor trascendencia que el momento, y que por encima de sus muchas puntadas sin hilo, sobresale la sensación de honestidad habitual de un cineasta como Eastwood que no pretende más que hacer una película que ante todo, sea digna de serlo.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex