'Mi amigo pony' es la nueva película del director Nicolas Vanier, responsable -según leo por ahí- de títulos como 'Lobo', 'Belle y Sebastián', 'La escuela de la vida' o 'Volando juntos'. Todos ellos aparentemente cortados por un mismo patrón, y también todos ellos aparentemente mejores y/o más logrados de lo que es 'Mi amigo pony'.

Una película de corte familiar y tan blanca como transparente que ni la presencia de François Cluzet en punto muerto levanta por encima de lo básico. Hay pocas cosas más insulsas que una película tan rutinaria como 'Mi amigo pony', un buen mal ejemplo de película demasiado acomodada en su pretendida condición de "producto familiar".

Un sucedáneo antes que una película, incluso partiendo y aceptando que se trata de algo totalmente inocuo e inofensivo. O precisamente por eso, porque hasta dentro de su espectro resulta chapucera y perezosa. Una película ramplona y poco convincente que exige ese nivel adicional de paciencia que sólo un progenitor puede dar.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex