Sevilla ha conseguido reponerse a la peste, pero su prosperidad aumenta en igual medida que crece el descontento social. Nace una nueva amenaza soterrada. El gobierno en la sombra de la ciudad. El hampa, y sus conexiones con el poder. La nueva peste de la ciudad es el auge del crimen organizado. La Garduña, la mafia del siglo XVI, controla la economía sumergida de la ciudad. La prostitución ilegal se extiende por Sevilla bajo el control... del hampa.

Enfrentarse, o resistirse de alguna manera a ella es jugarse la vida.

Regresa la GRAN serie de Movistar+. La GRAN serie en todos los aspectos, especialmente a nivel técnico: Es un verdadero placer disfrutar de producciones españolas, de ADN genuinamente español envueltas en una categoría audiovisual tan abrumadora, tan digna de cualquier capítulo de 'Juego de tronos'; tan merecedora de verse en una sala de cine. Lo mismo que la primera vez pero, eso sí, con un toque algo más luminoso y un acento algo menos cerrado.

Las caprichosas críticas de algunos fueron algo tenidas en cuenta.

Aunque Sevilla, la Sevilla de 'La peste' sigue sumida en la ponzoña. La que amenaza a toda ciudad prospera, la corrupción; la que amenaza a toda comunidad con recursos, la desigualdad. Esta 2ª temporada es muy oportuna, como casi siempre lo son: En realidad, cinco siglos después, las cosas no han cambiado mucho. Los tejemanejes en la sombra, por arriba y por abajo, mientras que entre medias el pueblo llano intenta sobrevivir como buenamente puede.

Permitame que insista: La exigente recreación de la Sevilla del siglo XVI sigue siendo el marco de otro vibrante thriller de época, tan sólido y solvente en su narrativa como lo es en su puesta en escena. Sevilla, España, el siglo XVI, el marco, y a la vez el objeto de deseo: El argumento, como en todas las buenas series, es sólo el 50% de su razón de ser; el otro 50% es el desarrollo, al fondo pero en primer plano, de una imagen vivida, con alma, de un lugar y un momento.

'La peste' es un thriller, por supuesto, pero también es un fresco de la Sevilla y la España del siglo XVI. Un thriller con atmósfera, con sabor histórico que recuerda a producciones como 'Peaky Blinders', al cine de gánsters, a la hora de desarrollar una lucha por el control de unos bajos (y no tan bajos) fondos en un contexto de época. Una historia en apariencia distinta a la de la primera temporada, pero en esencia, igual: La jerarquía, el statu quo, el poder, el dinero.

Y las putas. Y ese costumbrismo español, por descontado. Por supuesto.

'La mano de la Garduña' sigue jugando con los mismos ingredientes de su primera temporada, como tiene que ser. Más de lo mismo, a lo grande, bonito y caro pero a la vez, distinto. Y lo dicho, de una forma igualmente elegante aunque no tan oscura, por más que la suciedad siga impregnando la mayoría de sus planos. Un nuevo y sugerente viaje al pasado mediante un emocionante relato de suspense donde, como marca el canon, nadie está a salvo y nada es lo que parece.

Un nuevo viaje al pasado más directo, más enfocado a la acción. En una Sevilla algo más luminosa pero igualmente oscura, sucia, putrefacta; en este caso, la peste es el propio hombre, recordemos, un monstruo para sí mismo. Y al final, la muerte será la que nos haga a todos iguales. Entre tanto, un entretenidísimo juego de poder entre unos y otros que conduce a la eterna pregunta: ¿Qué es mejor, ser respetado o ser temido? ¿Tener el poder... o controlar a quién lo tiene?

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex