'Kedi (Gatos de Estambul)' - Streets of Miaustambul
Neko, cat, gat o kedi. Da igual si es en japonés, inglés, catalán o turco, todas estas palabras significan lo mismo: gato. Ay, los gatos. Esos animales a los que es imposible no hacerles una carantoña cuando se acercan a tu pierna, restriegan su cuerpo contra ella ronroneando para finalmente levantar la mirada, maullando, pidiéndote mimitos. Animales adorables, puestos de moda en la red gracias a los vídeos colgados en Youtube por los internautas, por esa locura llamada NyanCat o por el gato de la suerte japonés. Se ha hecho de todo con estos felinos, y les hemos visto hacer de todo. Tocar el piano, estamparse contra un cristal de forma jocosa, hacer un salto en falso de una cama a una estantería... Quien no haya visto esto alguna vez en su vida es que ha nacido hoy mismo.
Pero en esta ocasión, nos encontramos ante el vídeo definitivo de gatitos. Un documental de unos 80 minutos que nos lleva por las calles y gente de Estambul, desde el punto de vista de un gato callejero. Puede parecer una tontería, pero lo que consigue no lo es. Nunca habíamos visto a los gatos de una forma tan bella.
'Kedi' sorprende. A primera vista, puede ser que no nos llame mucho la atención, pero es una vez dentro cuando te quedas prendado. Únicamente viendo unos minutos, se nota que no estamos ante un documental de segunda división. Al tratar un tema pequeño como el de los gatos, peca de quedarse más cerca de la curiosidad que de la majestuosidad de los grandes documentales que nos hablan sobre el origen de la humanidad, la prehistoria o del planeta Tierra. Pero a la vez es ese minimalismo lo que la hace una película adorable, sincera con su propósito y que no desperdicia ni un segundo en elementos que no vienen al caso. 'Kedi' nos cuenta lo que quiere, y lo hace de forma breve pero muy dinámica.
Es un documental sobre los gatos callejeros de Estambul, pero no es su único propósito contarnos cómo sobreviven. Por el camino, y de forma totalmente homogénea, vemos tratados con acierto algunos problemas que asolan Estambul. La figura de la mujer en Oriente o la desaparición del pequeño comercio en pro de los grandes almacenes son algunos de estos temas. No quiero confundir a nadie: no ahondan demasiado en ello, pero esa pequeña pasada ya es suficiente para hacer de esta pequeña película algo más que un vídeo de YouTube de 80 minutos con momentos graciosos de gatos.
La película sorprende, pero también asombra. El gran apartado audiovisual que tiene la cinta es lo que la eleva por encima del "Es interesante”. La dirección de Ceyda Torun es fantástica. Sigue a los gatos de tal forma que consigue que nos pongamos en la piel de ellos. Captura de forma excepcional los momentos clave. Ese momento en el que caza a una rata, busca comida para dársela a sus crías o se pelean con otros para defender lo que es suyo. Vemos a los gatos en todo tipo de situaciones que despiertan diferentes sentimientos. Hay lugar para la alegría y para la tristeza. No se olvidan de nada.
La mezcla de los gatos y Estambul deja imágenes preciosas a más no poder, con amaneceres que costará quitarse de la cabeza o recorridos por sus calles a lomos de cualquiera de los siete gatos protagonistas. Es una labor detrás de las cámaras que puede compararse a documentales mucho más grandilocuentes y ambiciosos, y no tan intimistas. La música sigue la estela de la propuesta y con pocos acordes consigue hacer gran cosa, sobre todo en su parte final, con unos últimos minutos muy emotivos que nos sirven como conclusión y reflexión de todo lo visto anteriormente.
Se trata de un documental del que es difícil no encariñarse. Está hecho para que el espectador salga con una amplia sonrisa tras su visionado (tanto si te gustan los gatos como si no), y eso lo consigue. La sensación que deja es muy agradable a pesar de tratar algunos temas peliagudos. Su carácter reivindicativo del amor animal es de agradecer así como la muestra de la situación actual de Estambul. Como he dicho antes, 'Kedi' no será un documental que pasará a la historia, pero si uno de esos que pasará a nuestros corazones. Tres miaus por esta pequeña joya.