Es bastante fácil hacerse una idea de lo que es y/o cabe esperar de 'I Am a Hero'. Básicamente, el tipo de película que opta a llevarse el premio del público en cualquier festival de cine medio decente al que uno acude bien acompañado. Al menos, en aquellos dónde el fantástico cuente con cierto respeto, nombre y tradición como para no ser ubicado en esa esquina a la que no ha llegado todavía la electricidad.

Perfectamente, la que podríamos bautizar como una especie de 'Shaun of the Dead' a la japonesa, referencia obligada que no obstante ya estaba presente en el divertido (y recomendable) manga original creado por Kengo Hanazawa, fan confeso de entre otras cosas... cómo no, si, de la citada película. ¡¿Y es que acaso se puede no ser fan del antes y el después que supone la ópera prima de Edgar Wright?!

Una comedia "de terror" con un gran comienzo, bastante elegancia y un notable acabado técnico que, además, sabe hacer un notable uso de la sangre resultando así muy accesible también para los más reacios, sensibles a la violencia... incluso a pesar de un clímax bastante "hardcore", por supuesto y como cabe esperar cuando se trata de una película de zombis en la que alguien tiene que erigirse como un "hero" (con su particular Lucille en la mano).

Sin embargo, y a pesar de ser una cinta de lo más simpática, entretenida y saludable, así de memoria, de inicio promete mucho más de lo que acaba ofreciendo, yendo de más a menos y dando la sensación de quedarse a medio gas de todo, casi como si estuviera reservando las fuerzas, el ingenio y al público de cara a una hipotética segunda parte que no debería de tardar demasiado en llegar... o tal vez si.

La sombra de Shaun es alargada.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex