'Historias para no dormir' - Cuando las cosas se hacen bien
En 2019 se estrenó una nueva versión de 'The Twilight Zone' producida por Jordan Peele, una de las figuras más importantes en el cine de terror USA actual. Contaba con un reparto lleno de caras conocidas y un puñado de directores que si bien no eran demasiado conocidos, todos tenían experiencia previa en televisión y/o cine. Todo pintaba de maravilla, pero cometieron un gran fallo: Intentar adaptar el formato a la televisión actual. La mayoría de episodios duraban casi una hora, restando mucho impacto al giro de guion habitual y dilatando de forma plomiza la historia que nos quería contar cada capítulo. Sumémosle a esto un apartado técnico muy poco inspirado donde prácticamente todos los capítulos parecían estar dirigidos por la misma persona y en la misma dirección, para tener un conjunto increíblemente rutinario y monótono que nada tiene que ver con la maravillosa 'The Twilight Zone'.
'Historias para no dormir' de Chicho Ibañez Serrador es nuestra 'The Twilight Zone', creo que pocos estarán en desacuerdo con esta afirmación. Un tesoro nacional que traspasó fronteras e influyó en la TV y en el cine que se hizo a posteriori, algo que se puede seguir viendo hoy en día en las películas de Paco Plaza, Jaume Balagueró, Álex de la Iglesia y un largo etcétera de directores enfocados en el cine fantástico que han declarado su amor por la obra de Chicho Ibañez Serrador en diversas ocasiones. Ahora, el hijo de Chicho, Alejandro Ibañez, ha sacado adelante esta nueva versión mediante la distribución de Amazon Prime Video y se puede decir que ha hecho bien todo lo que hacía mal 'The Twilight Zone' en 2019.
La reinterpretación de la serie de los 60 es perfecta. Capta todos los elementos comunes de aquella serie y los lleva a la actualidad sin perder ni un ápice de su originalidad y frescura. Los moderniza, dándoles un toque muy similar al que tenía 'Black Mirror' en su primera temporada. Son cuatro episodios, que oscilan entre los 40-60 minutos de duración, siempre en base al tipo de historia que cuenta cada capítulo. Los cuatro son remakes de episodios de la serie original, pero ninguno se siente como algo ya visto. La elección de directores no podía ser mejor, cada capítulo parece diseñado de forma especial para cada uno de ellos. De hecho, Rodrigo Cortés, Paco Plaza y Rodrigo Sorogoyen participan en los guiones de sus episodios y Cortés también lo hace en el de Paula Ortiz. Son capítulos de 'Historias para no dormir', sí, pero también forman parte de manera orgánica de la filmografía de sus directores y creo que ese es su mayor acierto. La libertad que han tenido y lo mucho que se han implicado en esta aventura. Se nota que detrás de esta serie hay un equipo con muchas ganas de hacer algo potente más allá de rendir homenaje a 'Historias para no dormir', y lo han conseguido.
Después del comentario general sobre este fabuloso proyecto, voy a pasar a dedicarle un apartado a cada episodio, que bien merece la pena comentarlos en profundidad.
'La broma', de Rodrigo Cortés, es una afilada comedia de enredos bajo una apariencia de thriller con una premisa digna de película de sobremesa. Lo que la eleva a otro nivel son los elementos que forman el conjunto. El reparto está increíble, encabezado por un pletórico Eduard Fernández que se come la pantalla con cada aparición. Raúl Arévalo y Nathalie Poza se complementan perfectamente, y la química que hay entre los 3 es fabulosa, llena de puñales clavados por la espalda y puyitas constantes. Funciona como comedia y también como thriller, recordando en varias ocasiones al tipo de película que solía hacer Alfred Hitchcock. Hay varias sorpresas a lo largo del metraje y momentos inesperados. No le importa romper la tensión de una escena para cambiar al tono y pasar al humor, haciéndolo de forma natural, sin forzar nada. En todo momento su puesta en escena es elegante, cuenta con un gran trabajo del colaborador habitual de Rodrigo Cortés en la BSO, Víctor Reyes, y te mantiene pegado al sofá en todo momento. Sus últimos minutos son de infarto, la resolución del conflicto es brutal. Una gamberrada muy divertida. Fantástica.
'El asfalto', de Paula Ortiz, es una claustrofóbica historia que tiene lugar en plena ciudad de Madrid. La sensación de agobio y desconcierto no cesa en sus 45 minutos de duración. Dani Rovira nos acompaña durante todo el tiempo, con una actuación tierna y conmovedora, sin olvidarse del punto cómico que le caracteriza. Un papel complicado del que sale airoso gracias a su naturalidad. Paula Ortiz utiliza al resto de personajes para reflejar situaciones o reacciones que existen en el mundo real de forma poco sutil pero muy funcional. Es fácil ver este episodio y empatizar con el protagonista, ya sea por haber estado en una situación parecida o por haberla presenciado. La premisa es muy potente pero no está del todo aprovechada teniendo un desarrollo que se queda en punto muerto a los 20 minutos. El final es demasiado abrupto y el mensaje o moraleja no acaba de estar claro, o no tiene el impacto que pretende, creo que no le habrían venido mal más minutos. Imperfecto, pero terriblemente entretenido y con detalles muy interesantes.
'Freddy', de Paco Plaza, es un ejercicio meta ambientado en la TVE de los años 80. Como es habitual con Paco Plaza, la historia está cargada de mala leche y tiene momentos realmente divertidos. El muñeco, Freddy, se roba el show. La ambientación está muy lograda, hay un gran trabajo de vestuario y los paseos por las instalaciones de TVE tienen varios guiños muy simpáticos. Tiene algo de giallo pero no es lo principal. Es un thriller psicológico con tintes de slasher. Miki Esparbé refleja a la perfección el clásico personaje que entra en una espiral de malas decisiones para intentar tener éxito en su vida. A Carlos Santos se le ve pasárselo muy bien haciendo de Chicho Ibáñez Serrador y el resultado es fenomenal. Todo el reparto cumple sobradamente. En la dirección, Plaza juega mucho con los colores como recurso narrativo y su manejo de la tensión en diversas escenas es fantástico. Una hora divertidísima y técnicamente muy virtuosa, con esencia de 'found footage' o 'mockumentary' rodado de forma clásica cuyo mayor defecto es ser previsible y no es algo que empañe la experiencia. El episodio cuenta con un gran final, se siente como la guinda del pastel. Una gozada.
'El doble', de Rodrigo Sorogoyen, es el más ambicioso de todos los capítulos. Es el más especial, se percibe como algo diferente al resto en su puesta en escena y especialmente en el recorrido de su premisa. El terror aquí se presenta como algo futuro, pero muy presente en nuestro día a día: La tecnología. Situado en un mundo en el que existe la posibilidad de crear un doble exactamente igual que nosotros, está lleno de existencialismo y reflexiones filosóficas sobre el comportamiento del ser humano ante esa posibilidad. Hay ecos de 'Ex Machina' o 'Inseparables' pero especialmente de 'Black Mirror' en sus inicios, cuando era más mordaz y mucho menos evidente. Juguetea mucho con hacernos sentir igual de confundidos que el protagonista, y lo consigue. David Verdaguer es el mejor de un reparto que, de nuevo, destaca por su naturalidad, algo esencial cuando tratas de enseñar una sociedad futurista que quieres que el espectador se crea. Rodrigo Sorogoyen hace un trabajo brutal en la dirección, dándole un empaque realmente impresionante al conjunto y sacando oro de simples conversaciones. Es posible que para muchos la dilatación de ciertos momentos haga que sea el episodio más pesado de todos, pero realmente es esa dilatación y la exploración de todos los posibles horizontes lo que hace que esté un escalón por encima del resto de episodios. Maravilloso.
Nota media: 7,0
Por Marc Sacristán García
@TheLebowskiMan