'Golpe a Wall Street' - La revancha de los novatos
Viendo la última película de Craig Gillespie es inevitable no pensar en 'La gran apuesta', comparación con la que sale perdiendo y que claramente la perjudica. No soy fan ni de dicha película ni de Adam McKay, pero hay que admitir que sabe cómo dotar de vigor, chispa y además también de encanto a una historia real.
'Golpe a Wall Street' juega, obviamente, en la misma liga que la mencionada película de 2015, y aunque es más o menos igual de entretenida carece de su perspicacia y encanto. A diferencia de lo que hicieron David Fincher y Aaron Sorkin en 2010 con 'La red social', también basada en un libro de no ficción de Ben Mezrich, sus responsables se limitan a repasar los hechos sin ir más allá de lo evidente (con buena letra eso sí).
No hay nada particularmente malo en ello: 'Golpe a Wall Street' es muy entretenida, nunca le pierde la cara al relato, sale mucha gente familiar y a una persona de esa clase media cada vez más en la mierda, las historias de David contra Goliat le suelen valer y convencer a poco que, como es el caso, estén bien empaquetadas.
Pero, dejando a un lado lo agradable de su visionado, carece de la mordacidad y profundidad necesarias para sobrevivir a sus títulos de crédito. Esto es, es un retrato tan ágil como superficial en el que no hay nada que desentone al mismo tiempo que no hay nada que sobresalga. Es... una apuesta y/o inversión segura que si bien no nos sacará de pobres, al menos nos recuerda que la casa no tiene por qué ganar siempre.
Y que por mucho dinero que puedan tener los ricos, los pobres de los que dependen para que dicho dinero tenga algún valor somos muchos, muchos más...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex