'El pájaro pintado' - Qué difícil es ser humano
Es más que probable que muchos de vosotros ni siquiera hayáis oído hablar de 'Qué difícil es ser un Dios', una producción rusa de tres horas de duración y en blanco y negro dirigida por Aleksey German. Se trata sin duda de una película inolvidable para quien la haya visto, y también sin duda una película que tampoco deja a nadie indiferente y con un alto índice de abandono con el estómago, por supuesto a medio revolver.
'El pájaro pintado' es... similar, y no sólo porque también dure cerca de tres horas y esté filmada en un (exquisito y algo más higiénico) blanco y negro: Se presenta igualmente como una obra inolvidable, e igualmente es una obra que tampoco dejará a nadie indiferente y con un alto índice de abandono con el estómago, cómo no, a medio revolver. Dos obras provocadoras. Y enfermizas. Y excesivas. Sobre todo, excesivas... y enfermizas.
Como en aquel episodio de 'Los Simpson' sobre la definición de Homer, en mi cabeza no hay otra para 'El pájaro pintado' que "porno sádico". El porno dramático despojado de empatía y llevado a las últimas consecuencias, al extremo -morboso pero no gratuito- de 'A Serbian Film'. Habrá quien vea algún fotograma y por inercia, rutina o pereza piense en 'La lista de Schindler', a su lado ya lo advierto una comedia familiar. Para nada.
Rodada en blanco y negro -lo que acentúa el lado primitivo de la historia-, es una parábola que realiza una dura radiografía de la especie humana a través de la brutal odisea por la que transita Joska, un pequeño superviviente en medio del horror de II Guerra Mundial que emprende un interminable viaje en el que conoce a todo tipo de personajes, la mayoría de ellos bien posicionados en cualquier ranking sobre hijos de puta.
Y es que 'El pájaro pintado' bien podría ser un elegante desfile de hijos de puta. Un muestrario artístico y no lúdico, doloroso y agotador a partes iguales de formas de putear al prójimo. Una obstinación que raya lo enfermizo, hasta el punto de que sus excesos pueden acabar siendo objeto de abandono y/o de mofa. Porque tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe... o no, si bien uno acaba igualmente reventado.
'El pájaro pintado' es básicamente una sucesión de capítulos sobre la depravación humana cuando, en un marco como una guerra, según que actitudes están incluso socialmente aceptadas. Cada capítulo con su particular forma de putear al prójimo; por lo general a su protagonista, un joven cuya mirada es comprensible que se nos clave en la espina dorsal. Que brille en la oscuridad de nuestros no tan plácidos sueños.
'El pájaro pintado' es, lo dicho, "porno sádico". Abrumador porno sádico que por reincidencia, agota en igual medida que por ejemplo las peleas de Keanu Reeves en la tercera entrega de 'John Wick'. Claro que aquí con un propósito intelectual y moralmente más incómodo. Sí, como también ocurría con 'El capitán' va de más a menos en ese sentido. Pero, a diferencia de esta, no se trata tanto de una película como de una experiencia.
Toda una experiencia.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Posdata:
Cuando vi esta película desconocía la existencia de 'Ven y mira', de ahí que no haya una sola mención a esta obra maestra del cine bélico. Una película tan recomendable (a su pesar) y tan dura (o más) que 'El pájaro pintado'.
Lo primero que hice nada más verla fue ducharme. Me sentía sucio.
Lo de Béla Tarr es más bien para encadenar la hora de la siesta con la hora de dormir...