'Bad Boys for Life' - Dos policías rebeldes... 3
La tercera entrega de 'Dos policías rebeldes' me trae a la memoria la cuarta entrega de 'Arma letal'. Espiritualmente, la idea viene a ser la misma, con los personajes de Mel Gibson/Will Smith comenzando a ser conscientes de que sus respectivas vidas tienen fecha de caducidad como las de los demás mortales. Ahora bien, la cuarta entrega de 'Arma letal' llegó a los cines seis años después de la anterior, mientras que la tercera entrega de 'Dos policías rebeldes' lo hará 16 años (y medio) después... y además, de la mano de otro director.
No puedo dejar de pensar en 'Mad Max: Furia en la carretera' como principal argumento a la hora de revivir cualquier vieja franquicia. En los grandes estudios de Hollywood da la sensación de que ya no quedan cineastas, sólo empresarios preocupados de los algoritmos, las marcas y los números. Gente a la que no le gusta el cine, sino el negocio. Cualquier negocio, estando en el que están porque la vida les ha conducido hasta aquí por inercia, no por vocación. Y diez años son los que separan a 'Arma letal 4' de 'Dos policías rebeldes 3'.
Ambas iban a existir. Por las buenas o por las malas. En el caso de la primera, lo hizo cuando el éxito de las anteriores aún estaba muy vivo y Mel Gibson seguía siendo una apuesta segura. Daba igual que el guión fueran cuatro apuntes sin desarrollar: Warner Bros. les dio más de 100 millones a lo que a esas alturas ya era una familia para que hicieran lo que quisieran. O lo que pudieran. Pero siempre sin perder la sonrisa. Los buenos tiempos aún estaban en la memoria de los espectadores. Y también en la de los propios ejecutivos.
No es el caso de esta tercera entrega de 'Dos policías rebeldes', condenada a existir más tarde que temprano. Porque sí, porque había que hacerla. Porque es lo que hay que hacer. El algoritmo, la marca, los números. Al precio que fuera. El resultado en verdad era lo de menos, que a estas alturas casi nadie se acordase de la franquicia daba tanto igual como que de la propia película nadie se acordase una semana después. Había que hacerla aunque fuera sin Michael Bay, aunque hubiera que esperar a que Will Smith ya no fuera infalible...
'Dos policías rebeldes 3' es por todo esto lo que cabe esperar que sea a estas alturas: La suma de una serie de intentos que como todas las enfermedades del Sr. Burns, se agolpan en lo que sus responsables han usado como guión. Un "monstruo de Frankenstein" que aglutina el paso de tantos y tantos guionistas a lo largo de todos estos años. El clásico proyecto apaleado por el "modus operandi" de la industria, por más que a pesar de los numerosos golpes haya acabado llegando a la línea de meta con una sorprendente dignidad.
O relativa dignidad. Es evidente que Sony no ha apostado fuerte por ella como hizo por la segunda entrega, producida cuando Michael Bay y Will Smith ya eran quiénes fueron. Es una secuela tardía que llega tarde, y que a diferencia de 'Mad Max: Furia en la carretera', no lo compensa ni con dinero, ni con talento, ni con una idea clara sobre qué quiere ser... si es que quiere ser. Una secuela tardía que llega tarde, y que lo hace pareciendo una de esas maliciosas secuelas "directas a vídeo" que producía la todopoderosa Disney de sus clásicos de animación.
Una nueva película "a lo barato" y que sin Michael Bay al frente, parece resuelta por compromiso. Porque a estas alturas había que hacerla, aunque carezca de chispa. O de ese encanto que hicieron de las otras dos algo tan sumamente entretenido de ver. 'Dos policías rebeldes 3' es simplemente entretenida, en una película de acción rutinaria, tirando a tontorrona y poco espectacular que apenas sirve como recuerdo de "aquellos maravillosos años", recuerdo que le confiere la dignidad y sobre todo el sentido del humor que le salvan la vida.
No es 'Mad Max: Furia en la carretera', aunque tampoco 'Men in Black: International'. Un término entre medias que "no está mal" y se deja ver, que al menos aguanta en pie con cierta dignidad y un acertado uso de la herencia como acicate cómico por más que, tantos años después, parezca una imitación más bien barata de lo que en su momento, los más viejos del lugar aún se acordarán, era un tipo de cine de acción "varonil", "violento" y "moralmente cuestionable" no tan preocupado por ser "políticamente correcto". Será que algunos nos hacemos mayores. Y eso.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Pienso justo lo contrario, que incluso las escenas de acción son cutres. Prueba de ello es que no hay ni una sola escena de acción que recuerdes un par de semanas después. Siquiera recurren a ese plano circular tan llamativo de 'Dos policías rebeldes 2', el cual tenían a huevo haberlo "homenajeado" durante el clímax (siendo como ocurre en un escenario circular).
Me parece que funciona mucho mejor como comedia que como película de acción. Dicen que ha costado cerca de 100 millones, cuando a mí la sensación que me da es de no haber costado ni 60.
Creo que quien va a ver este tipo de películas sabe lo que se va a encontrar, y que no va a ganar jamás un oscar, y en este caso no le decepcionará, es lo que uno busca encontrar.
Un 7.
3/10
Se hizo esperar esta tercera parte más que la segunda respecto a la primera, pero en el año inolvidable para el planeta (AKA 2020 con el COVID-19 dando por culo, aunque esta se estrenó antes del confinamiento) llegó esta tercera aventura de los hermanos (no de sangre, pero sí de corazón) Mike Lowrey y Marcus Burnett, como siempre comandados por el tercero de la panda en discordia, el capitán Conrad Howard (Joe Pantoliano) y con un nuevo equipo con rostros conocidos como Vanessa Hudgens o Alexander Ludwig. Como villana tenemos a Kate del Castillo buscando venganza.
Está claro lo que vamos a ver antes de darle al play, otra entrega más donde Lowrey y Burnett van a ir a por los malos de manera implacable y cómica. Solo que en esta ocasión entra por primera vez el tema de la mortalidad. Para esta tercera parte los policías polis ya no son chavales y verán de primera mano que por mucho que hayan ganado a los delincuentes, son tan mortales como cualquiera; lamentablemente para ellos, es algo que aprenderán de primera mano (si leen esta reseña y han visto el filme, sabrán a que me refiero). Y también tenemos algún as más guardado bajo la manga que pilla desprevenido, pero justifican debidamente.
Por otra parte, no hace falta reinventar la Coca-Cola. Lo que funciona no hace falta tocarlo y tenemos una apuesta segura con más acción y más comedia de la mano de Smith y Lawrence, cuya química en pantalla no pasa de moda y, aunque Martin Lawrence dijo que Eddie Murphy era la primera opción para la original, no puede haber ninguna secuela sin ellos dos a bordo. Esta saga o cabalga con ellos o muere con ellos. Ellos dos hacen lucir cualquier secuencia de acción o cómica, incluyendo su dinámica clásica con el personaje de Joe Pantoliano y la incorporación del nuevo equipo que entra bien y no se hacen notar que son nuevos fichajes.
Lo que sí he notado que le falta a esta tercera parte es una escena espectacular. Quizás el que no esté Michael Bay en la silla del director, si bien aparece en un cameo, ha perjudicado algo al nivel del largometraje; recuerdo, por ejemplo, la persecución en la autopista de la segunda parte que rodado con el director de 'Armageddon' era canela en rama. Es lo que veo que le ha faltado a 'Bad Boys for Life' para llegar a la altura de las entregas de 1995 y 2003, porque, por lo demás, tiene una estructura muy parecida a esas dos, y tampoco necesita meter cosas muy locas porque entonces perdería su encanto.
Esta es de esas franquicias que ya sabes que te vas a encontrar de antemano; sin embargo, manteniendo el estilo y a sus dos protagonistas no sufre de agotamiento, sobre todo porque no son secuelas que salen una detrás de otra y dejan el suficiente espacio para no empachar. Eso sí, no deberían alargarse en exceso porque ya no son los chicos que eran hace casi 30 años y, si siguen alargando la serie, pueden empezar a dar pena viendo a dos abuelos como si estuvieran en la flor de la vida cuando es mejor parar y cerrar con un buen recuerdo. No sé si está en los planes hacer una quinta parte, mas, si lo hacen, debería ser el final o no durar mucho más.
6.8