Buscador

Twitter Facebook RSS

'Villa Amalia': Un toque excesivamente francés

Vía El Séptimo Arte por 17 de junio de 2010

Resumiéndolo a su mínima expresión existen dos formas de enfrentarse a cualquier película: o por la vía del entretenimiento o por la vía de la "qualité". Son dos opciones tan válidas que acertar de pleno con las virtudes de cualquiera de ellas te garantiza el éxito; si además las dos confluyen y suman fuerzas dentro de un mismo relato, es cuando tenemos una película de esas que se recuerdan y apetece recuperar de vez en cuando.

Esta dualidad de objetivos es algo bastante evidente dentro de la cinematografía francesa, donde parece no haber termino medio entre la ligereza estilizada de las producciones auspiciadas por gente como Luc Besson o la densidad dramática de relatos como esta 'Villa Amalia', drama de corte clásico aunque estructura dispersa, y heredera bastarda de la tradición francesa del "cinéma vérité". Un relato reflexivo y contemplativo, escaso de diálogos que evidencien o subrayen lo que las imágenes de por sí ya aportan al conjunto de su narrativa desprovista de artificios, cargada de silencios y miradas en lo que es un digno refugio de cualquier voyeur fílmico que no tema a un ritmo quebrado alejado del concepto de "entretenimiento".'Villa Amalia' es una de esas cintas en las que la presencia de una protagonista a la altura de una "madame" como Isabelle Huppert se antoja casi imprescindible para que el relato aguante el paso de los minutos, en la que la figura de su personaje principal predomina en el encuadre de una puesta en escena por demás austera, sobria y seca, pero al mismo tiempo tan elegante como pueda dar fé la experiencia que atesora su realizador. Su errático ritmo combinado con un libreto desestructurado sin acadecismos formales exige una fuerte presencia en pantalla que sirva de vehículo narrativo para esta sincopada huida hacia delante, un relato que plantea muchas preguntas sin ofrecer respuesta y tan libre en su interpretación como moroso en su discurso.

En la cinta el personaje de Huppert, en quien la realización descarga casi todo el peso del relato, decide romper con todo, huir de sí misma y todo lo que ello conlleva para, literalmente, volver a nacer cual ave fénix. Así la película se convierte en la perfecta definición de catarsis, alegoría evidente en busca de una libertad al alcance de la mano de quien esté dispuesto a ello. Huppert realiza una actuación contenida que evoluciona con el relato, y que transforma el recelo inicial que presenta un personaje un tanto antipático para ser perdonada por la fina calidez que desprende toda vez su personaje se siente libre, recuperando con ello la humanidad que el mundo real a veces obliga a sacrificar. Las cosas claras y el chocolate espeso, la cinta es un continuo subrayado de esta idea, dotándola de forma y adaptando el ritmo del relato a un cambio dramático que exige paciencia para ser comprendido y aceptado por la audiencia.

Si bien 'Villa Amalia' es una película interesante y se merece la oportunidad de ser testeada por el espectador, no es menos cierto que es de esa clase de cintas cuyo visionado no resulta especialmente agradable. Es más su discurso, lo que enseña entre líneas y el montante de sus acciones, el concepto y el mensaje y en lo que ambos pueden derivar que la propia cinta en sí misma, siendo por tanto "una de esas" en las que el interés reside más en lo que se puede decir que en lo que el propio film enseña, el cual además exige un cierto sacrificio por parte del espectador por su apuesta sin reparos por la "qualité".

Nota: 6.0

por Juan Pairet Iglesias

< Anterior
Siguiente >