‘Un Hombre Soltero’, adaptación de la novela de Christopher Isherwood sobre un profesor de literatura inglesa en Los Angeles de los años 60 y su forma de afrontar la muerte de su amante, es el debut del diseñador de moda estadounidense Tom Ford, quien sorprende con buenas maneras y una intención narrativa por encima de lo estético. Dejando de lado la absurda polémica suscitada a su alrededor, y que tiene que ver con que su engañosa promoción norteamericana disimula en la medida de lo posible el tono “gay” del relato que, todo sea dicho de paso, no deja de ser un elemento como cualquier otro del relato sin que por ello haya que darle especial relevancia, lo cierto es que se merece a pulso ser una cinta susceptible de ser visionada por cualquier cinéfilo reconocido, que no deja de ser lo importante, y que sin ser del todo redonda por lo menos en algo se aproxima.
Eso sí, hablar de ‘Un Hombre Soltero’ es hablar, básicamente, de Colin Firth, y aunque además de su presencia hay algo más para rascar, su figura prevalece de la misma manera que la de Messi prevalecería en un equipo como el Zaragoza (de hace cuatro años, ojo, que en el actual hasta Uwe Boll resultaría competente). La película como tal es buena en sí, una producción plenamente profesional, con una realización acertada y un guión perfilado. Pero, sin embargo, si merece ser vista, destacada, recomendada y recordada, es principalmente por la excelente presencia en pantalla de Colin Firth sobre la que se sustenta casi en exclusiva el peso dramático del relato, y que aupa a la cinta por encima de sus límites artísticos, por otro lado no tan estrechos como su maniqueo argumento hace sugerir.El referente más inmediato e inevitable que a uno le viene a la cabeza tras ver o estar viendo a este ‘Hombre Soltero’ es, sin duda, ‘American Beauty’, cinta con la que mantiene numerosos puntos en común. Si bien difiere en su manera de contar y componer narrativamente la historia tanto a través de la pluma como de la cámara, conceptualmente beben de similares inquietudes vitales y sus intereses dramáticos abordan temas muy parejos. Ambas no distan "entre comillas" mucho entre sí, salvando las distancias, aunque el film de Ford limita más su campo de acción al estar muy focalizado su fundamento argumental.
Aparte, la maestría dramática que atesora el debut de Sam Mendes, y el propio Mendes, en la dirección le queda demasiado grande tanto al potencial de la cinta como al posible talento de Tom Ford que, sin embargo, aguanta el envite con compostura, elegancia y completamente de pie, salvando su debut con suficiencia y un orgullo apreciable aun sin merecer alcanzar el olimpo de los grandes o, mismamente, el estatus de “gran recolectora de premios”. Esta historia sobre el amor interrumpido, el aislamiento que forma parte inherente de la condición humana y, en definitiva, la importancia de los momentos aparentemente insignificantes de la vida (extraído directamente del propio material promocional del film, sin que sirva de precedente, descripción muy válida y acertada) es una sólida muestra de buen cine, por encima de la media del bien y por debajo de la del notable, pero cine en resumen.
Y es que con un epicentro tan remarcado resulta fácil dejar de lado el resto de elementos que cumplen con la misma suficiencia como pasan igualmente desapercibidos, y de ahí que no haya espacio para detenerse en nada más que no sea en los dos nombres principales que sustentan esta suma de fotogramas. Un magistral Colin Firth da forma al personaje y, con ello, al relato, que navega entre las aguas del acertado gusto esteticista de su realizador, quien dota de personalidad un relato que sin algo de maña hubiera derivado en un aburrido drama sin encanto. El resto de elementos son comparsas, lo suficientemente convincentes y profesionales como para pasar desapercibidos, y dejarle la gloria a quien se hace llamar Colin Firth en el que, de momento, es el papel de su vida, aunque esperemos que no el último.
Nota:
7.5
por Juan Pairet Iglesias
Suscribo la crítica de Wancho, estoy muy de acuerdo con todo lo que ha dicho. Es una película muy elegante. En algunas cosas me ha recordado un poco a Lejos del Cielo, supongo que por la ambientación, y el "buen gusto" de cada plano, no sé.
Colin Firth está genial, una pena haber coincidido en este año con la gran interpretación de Jeff Bridges en Crazy Heart, porque si no el Óscar se lo hubiera llevado (o al menos merecido). Lo de Julianne Moore... esperaba algo totalmente distinto. Pensaba que era co-prota, o algo parecido, y en absoluto, vamos, que sale 10 minutos con suerte. Es fantástica, es guapísima, y todas las nominaciones que reciba son pocas para una actriz de su nivel, pero vamos, que ya podían haberle dado menos publicidad a su participación, porque vaya.
Jon Kortajarena... se defiende, increíblemente. Mira que el mozo está de buen ver, pero además sale casi airoso. Casi porque creo que se le nota un pelín forzado en alguna frase, pero bueno, se lo dejamos pasar por no ser profesional.
No esperaba para nada encontrarme con Nicholas Hoult, ha sido toda una sorpresa (y tiene un papel bastante más largo que el de Julianne, pero bueno, como es desconocidillo, a este ni le mencionan al hacer publi)
Por cierto, para mi la BSO ha supuesto casi lo MEJOR de toda la película. Me ha gustado muchííísimo, no me extraña su nominación en los Globos de Oro, pero sí su ausencia en los Óscars, porque vamos, a mi me parece una delicia
Pues eso, dudo mucho entre el 7 y el 7'5 Creo que me voy a quedar con un 7'25
Lo mejor:
- Colin Firth
- La refinada estética (la secuencia entre Firth y Kortajarena con el coche y el poster de Psicosis me ha parecido emblemática).
- La preciosa banda sonora, que escucharía una y otra vez.
- Los guapos de la peli.
Lo peor:
- quizás el guión adolece de profundidad
- puede resultar repititiva en algún punto
- para alguno puede resultar algo lenta (a mí no me lo ha parecido)
Un 7