'Snowpiercer (Rompenieves)' - ¡Pasajeros al tren!
En 'Snowpiercer (Rompenieves)' tenemos a un tren que simboliza el mundo, y a unos pasajeros que, distribuidos a lo largo de los distintos vagones, simbolizan la humanidad. Incluso hay un personaje que lo remarca de viva voz para que no haya dudas. Y de momento lo dejamos ahí, más que suficiente para saber por dónde ira el trayecto. Una historia que en apariencia puede resultar algo trillada, la de una revuelta de las clases más desfavorecidas dentro de una sociedad distópica y/o post-apocalíptica. Pero hablamos de una película de Bong Joon-ho, el mismo autor de títulos como 'Barking Dogs Never Bite', 'Memories of Murder', 'The Host' y 'Mother'. Y como bien sabrán los que hayan tenido el buen gusto de disfrutarlas, las apariencias son sólo apariencias.
A menudo la manera de pensar de un productor consiste en hacer lo mismo pero en otra parte. Por ejemplos, cambiar un autobús por un barco en la secuela de 'Speed', o que en 'Hora punta 2' sea el detective Carter quien visite al detective Lee en Hong Kong. Lo mismo pero en otra parte. Y visto así habría quién podría cometer el error de creer que esa misma es la base de 'Snowpiercer (Rompenieves)', como si ya no hubiera más que fast food para adolescentes de apariencia molona y vocación de franquicia. Lo mismo, pero en un tren. Nada más lejos de la realidad, y con un autor de la categoría de Bong Joon-ho a los mandos de la locomotora no cabe duda que la voluntad de este tren, primeramente, es alcanzar una estación prominente. Sirva en representación un reparto igual de ecléctico que de solvente entregado a una causa que no entiende de posados. Todos a una, y cada zapato en su sitio.
Y la apuesta, aunque vaya sobre raíles (en todos los sentidos), es tan arriesgada que puede gustar como puede no gustar. Y no es una afirmación tan obvia como pueda parecer, pues si de algo no peca 'Snowpiercer (Rompenieves)' es de cobardía, pereza, conformismo o condescendencia. Dista de ser una inofensiva cinta de apariencia fantástica de usar y tirar; dista mucho de ser una de acción donde el bueno sólo mata al malo; dista mucho de ser una excusa para violar la inocencia de los más desguarnecidos. Empleando para la ocasión jerga ferroviaria con 'Snowpiercer (Rompenieves)' no se compra un billete, se compra un viaje... con todo lo que eso conlleva, incluyendo por supuesto un sello en nuestro pasaporte. Que no les confunda la presencia del Capitán América, libre de la especulación bursátil de la Marvel para ejercer de actor antes que de estrella.
Bajo el acero con el que se ha forjado esta máquina existe un corazón que late con fuerza para, he aquí la máxima de toda película, contarnos una historia que pueda parecer tan simple como de compleja es una vez se empieza a escarbar en la nieve. Esto es, una historia que admite una perspectiva mayor de la que ofrece una suma de dos dígitos. No se trata de llegar del último al primer vagón, de superar los distintos niveles de un videojuego, lucir efectos especiales o conquistar a la chica mientras que la suspicacia se difumina en busca de un canto de sirenas que engalane una verdad a medias. Se trata de una historia que, con sus sombras y hocicos tiznados de carbón, alcanza del último al primer vagón de un tren en el que todos, al fin y al cabo, van a bordo. Del primero al último. Y cada pieza en su sitio. Se trata, en suma, de un blockbuster afiliado al cine de autor, al cine de Bong Joon-ho.
De la misma manera que ocurría con sus trabajos previos, en especial con 'The Host' con la que le une una falsa apariencia de caramelo (envenenado por supuesto), Bong Joon-ho coquetea con las directrices del género hasta hacerlas suyas, alternando volúmenes de muy diversa graduación, color, tono y densidad en donde la crudeza y el absurdo se dan la mano, el drama abraza la comedia, la violencia fluye en la conciencia y la última esperanza de la humanidad es una espada de doble filo. Una obra imprevisible bajo la que se revela una auténtica obra de pura ciencia-ficción, de las que admiten tantas lecturas que su análisis posterior a ser posible en compañía se revela tan apasionante como un visionado tras el cual resulta complicado quedar indiferente. Con alguna imperfección, error, incongruencia o excentricidad de dudosa moral, pero con la rara capacidad de resultar de lo más sugerente en todas y cada una de las estaciones por las que pasa.
Nota: 8,25
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Spoiler
Spoiler
El prota no termina de encajar, la mayoría de los personajes son casi caricaturas y el es el único "normal".
El final tampoco me convence demasiado.
A mí me da que con lo de ser el Capitán América ya no va a dar para mucho más. Es de esos actores que tendrá difícil "escapar" del encasillamiento.
Mírate Puncture y luego ya si tal..