Me voy a permitir comparar la nueva "vieja" película del siempre solvente Mikael Hafstrom con lo que aparenta ser el actual Real Zaragoza, uno de los equipos de fútbol en la actualidad más interesantes de los que ser aficionado para la desgracia de sus sufridos seguidores (de bien) entre los que me encuentro. Y es que al igual que el conjunto maño sobre el césped 'Shanghai' adolece sobre la pantalla de lo que en términos futbolísticos se denomina "falta de pegada", algo que los aficionados al balón entenderán sin necesidad de mayores explicaciones. No es una mala película, para nada, e incluso en ella encontramos elementos apreciables por separado; sin embargo, una vez estos elementos se reúnen no parecen sumar ningún valor extra, no al menos como para aportar ese último toque que empuje al espectador a caer en sus redes, a emocionarse con ella de alguna manera que la haga diferente de ver un partido cualquiera cuyo resultado nos traiga sin cuidado.'Shanghai' llega a los cines españoles prácticamente dos años después de cuando lo debiera haber hecho y con su existencia prácticamente olvidada por todos, si bien esta es una de esas ocasiones en las que la calidad de la película no es susceptible de ser la causante de esta circunstancia... por más que tampoco ha sido capaz de generar un argumento suficientemente convincente como para evitarlo. Cosas que pasan, llámese simple mala suerte, azares de la distribución o el estar producida por los temibles hermanos Weinstein, a quienes una vez más se intuye como una sombra amenazante sobre el resultado final de un filme, capaces de lo mejor y de lo peor. El caso es que la producción ha resurgido de su injusto olvido... para volver a sumirse, esta vez justamente, en el olvido una vez concluya su paso por la cartelera española. Porque 'Shanghai' es un filme olvidable, de esa clase de filmes que si no se hubieran estrenado no hubiera pasado nada, y que a buen seguro en dos años rondando por las tres uve dobles no ha sido acechada ni por la mitad de los que sí han violado la intimidad de 'La cabaña del bosque' en apenas dos semanas en el escaparate online, sirva de ejemplo.
Sin embargo el hecho de que diga que 'Shanghai' es "olvidable" no ha de verse necesariamente como algo peyorativo, sino como algo simplemente descriptivo y que va en consonancia con el titular de la crítica, que va en consonancia con una película que lo que no tiene es "pegada": 'Shanghai' es un filme tan sumamente correcto que ni para bien ni para mal tiene nada que la haga destacar, en resumen. Olvidable, sí, más no por ello sin virtudes apreciables en su justa medida o, lo que es más importante, dejar de ser disfrutable mientras se encuentra en la pantalla sacando brillo a la siempre muy oportuna recomendación del "allá usted" que nos libra de exponernos a favor o en contra. Tirar la piedra y esconder la mano. De decir algo particularmente bueno alabaría su solvencia, que ni aburre ni ofende; de decir algo malo que nunca logra que lo que ocurre en pantalla nos importe algo, un visto y no visto; y de quedarme en tierra de nadie, como el film, diría que parece una producción a la que la necesidad de ser entretenida pero seria, o de ser seria pero entretenida según se mire, le ha limitado a ser una producción seria simplemente entretenida en donde el montaje está más preocupado en tirar hacia delante que en dotar de profundidad a sus personajes.
No es mala opción, y un filme serio, adulto y sobrio como este que no trata al espectador por tonto nunca es descartable como posible alternativa dado que, siguiendo el símil futbolístico del principio, cuanto menos sabe mover la pelota con criterio aunque luego le falte calidad para rematar y aptitudes para destacar de entre el resto de partidos de la jornada. Pero si es el que emiten en abierto, si es que aún los siguen echando, y uno no tiene nada que hacer... ¿y por qué no? Al fin y al cabo detrás de ella tenemos a un director elegante y muy solvente, Mikael Hafstrom, uno de los grandes de la segunda división cinematográfica que ofrece, como en él es costumbre, una puesta en escena intachable; y tenemos también un sólido reparto formado por John Cusack, Gong Li, Ken Watanabe, Chow Yun-Fat... y el siempre estupendo David Morse, entre otros, cuya sola presencia en pantalla aporta esa solvencia... igualmente intachable, y que no suele aportar un simple cacho de carne esculpido en el gimnasio y apto para menores de 13 años. Y esa es la clave, un filme intachable para bien y para mal, una película cumplidora que se deja ver con agrado y capaz de hacer satisfactorio el pago de una entrada... pero quizá, y eso ya es un posible pero para quien quiera hacer de ello un pero, no su posterior compra en DVD.
Nota:
6.5
Por Juan Pairet Iglesias