'San Andrés' - Terremoto 2015
Existe la firme creencia socioambiental de que Roland Emmerich tiene el honor de haber bautizado con su nombre a un género. Y por más que decir "es como una de Emmerich" sea lo suficientemente elocuente como para que, efectivamente, parezca que pueda ser así, esto no es del todo exacto. Como tampoco es del todo exacto que todas las películas del susodicho sean como entendemos que son cuando oímos decir aquello de que "es como una de Emmerich". En cualquier caso 'San Andrés' vendría a ser, efectivamente, aquello que más o menos parece que es... esto es, algo así "como una de Roland Emmerich", para entendernos.
Fue en los años 70 cuando el cine de catástrofes se consolidó como un género en sí mismo, al menos unos diez años antes de que Roland Emmerich empezará a ejercer como realizador. Hasta los más jóvenes, despistados o desmemoriados conocerán la existencia de títulos como 'La aventura del Poseidón' o 'El coloso en llamas', posiblemente las dos producciones más exitosos y reputadas de aquella época. Los grandes estudios de Hollywood decidieron enfrentarse a uno de los momentos más críticos de su historia mediante grandes producciones plagadas de efectos especiales. O lo que es lo mismo, a través de lo más espectacular que la edad pre-digital fuera capaz de ofrecer. Su apogeo fue breve en realidad, pero intenso.
Solventar una crisis a través de grandes producciones plagadas de efectos especiales. ¿Les suena? Cuarenta años después de aquello los grandes estudios de Hollywood si algo demuestran es haber aprendido a usar un ordenador. 'San Andrés' vendría a ser como aquellas producciones de los 70 realzada mediante los efectos digitales y el músculo de Dwayne Johnson. O "como una de Roland Emmerich" con '2012' en la mente de cualquiera, referente inequívoco al que supera por una mera cuestión de pragmatismo: dura casi 45 minutos menos para ofrecer virtualmente lo mismo, una catástrofe que lloraríamos en la vida real convertida en un espectáculo que devoramos con ansia infantil en la gran pantalla. Cuantos más caigan, mejor.
'San Andrés' básicamente cumple lo que promete a la vez que cumple con su cometido. Sin sorpresas, sin reparos. Cierto es que "nos la sabemos de antemano" o que a La Roca le cuesta soltar una puñetera lagrimilla, pero también lo es que se muestra con la suficiente inteligencia para que no pasen más de 10/15 minutos sin que haya una escena de acción, suspense, destrucción y/o efectos especiales. No le hace falta más que un (muy) buen acabado a esta puesta al día de aquel 'Terremoto' al que Charlton Heston se enfrentó en 1974. Exceptuando a la familia Riddick, tonterías las justas a ambos lados de la pantalla, al menos hasta que llegue el día que nos levantamos por la mañana y la realidad le añada auténtica emoción a esta por demás habitual ficción hollywoodiense.
Y a una mala siempre nos quedará esa auténtica fuerza de la naturaleza llamada Alexandra Daddario. El CGI aún no ha evolucionado tanto como para mejorar algo así...
Nota: 6.5
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Le doy un 6.
No creo que el guión sea necesariamente malo. Sirve a la causa y encadena escena de acción tras escena de acción con cierto sentido y sobre todo fluidez. Mejorable, por supuesto, pero para lo que se le pide no lo veo "necesariamente" malo como tal.
Spoiler
Dwayne Johnson. Cuando uno ve ese nombre en el reparto de un filme o una serie ya sabe donde se va a meter. Salvo alguna honrosa excepción como 'Dolor y dinero', mucha de su filmografía consiste en verle a él lucirse diciendo chascarrillos y haciendo a los demás puré de patatas si son un obstáculo en su camino.
¿Es 'San Andrés una excepción? No
¿Seguiré picando como un tonto? Seguramente sí
En esta historia, el mayor enemigo de Johnson no es un musculitos ni un tipo superinteligente, sino un terremoto de padre y muy señor mío, que se puede asimilar a cuando uno ve a Carla Gugino o a Alexandra Daddario con el atractivo subido, que hará de las suyas en la ciudad de San Francisco que tendrán un día movidito, nunca mejor dicho, en el que también entra en la ecuación el personaje de Lawrence Hayes (Paul Giamatti), un sismólogo que también juega un papel importante en todo este asunto como persona con los medios para predecir futuros terremotos, porque para este ya llega tarde.
Hay que apagar el cerebro y dejarse llevar para que 'San Andrés' pueda entrar porque las conveniencias apestan a kilómetros y no innova dentro del ya trillado tema de terremotos. Por lo menos, Gugino y Daddario no están solamente para lucir palmito sino que tienen su razón de ser dentro de toda la narrativa y sus personajes tienen conocimientos y el valor suficiente para poder sobrevivir en un pifostio de la hostia como es un terremoto (más un tsunami). Por lo demás, estamos ante un largometraje más del señor Johnson que igual que fácil se viene, se va con la misma facilidad.
5