'Red Army': Danko, calor rojo
'Red Army' se adentra en los destinos entrelazados de la Unión Soviética y el mítico equipo de hockey sobre hielo conocido como "El ejército rojo" en clara alusión a los bolcheviques: una dinastía única en la historia del deporte concebida con un único fin, demostrar la supremacía a través una victoria aplastante. El ex-capitán del equipo, Viacheslav Fetisov, evoca una trayectoria deportiva fuera de lo común en el seno del llamado comunismo soviético: primero adulado como un héroe nacional y luego condenado como un traidor y enemigo político. Ese "Ejército rojo" es uno de los protagonistas de la historia social, cultural y política de su país y de su momento: al igual que la URSS de la que es un reflejo, pasa por una época de grandeza para luego caer en decadencia y, finalmente, dejarse arrastrar por los cambios que trae la Rusia contemporánea.
'Red Army' cuenta la extraordinaria historia de la Guerra fría sobre el hielo y la vida de un hombre que se atrevió en enfrentarse al sistema soviético. Y una vez más la sinopsis oficial de un documental se encarga, matices y detalles al margen, de darnos una visión de conjunto que cubre principio, medio y final como para dejarnos sin el suspense de la incertidumbre. Ya se sabe, basado en hechos reales. Y una vez más un documental se encarga de darnos una lección de historia como no suele aparecer en los libros, ni mucho menos con las mismas palabras que acompañan a una versión oficial cuyo posible parecido con la realidad suele ser una casualidad. En todos los sentidos.
Porque el principal "pero" de este documental de Gabe Polsky, co-director en 2012 de una película de ficción poco conocida llamada 'The Motel Life' (¿?), es que se trata de un vistazo a una historia rusa desde una óptica demasiado (norte)americana. Algo evidente en algunos momentos que de tan forzados invitan a sentir cierta desconfianza hacia los avatares (y la sonrisa) de Viacheslav Fetisov, héroe y a la vez mártir desde cuya perspectiva pivota este documental que deja poco margen para su posterior versión cinematográfica, y que además, como versión cinematográfica de sí misma, adolece de una construcción algo obtusa y unas maneras por qué no, un tanto ariscas.
Esto provoca que durante su primera mitad cueste entrar en la dinámica de su juego. No obstante y como si fuera el Ivan Danko de Arnold Schwarzenegger en suelo estadounidense, la fuerza tanto de los protagonistas como de la propia historia acaban tomando la iniciativa sobre todo durante su segunda mitad, cuando su visionado se desliza por la pantalla como -me voy a permitir el símil- una pastilla sobre el hielo, de manera muy fluida y amena. Todo ello a pesar de cierta simpleza argumental y su limitada elegancia formal, más equiparable al juego directo de choque norteamericano pro-cerveza que al elaborado "tiki taka" de los rusos más cercano al ballet.
Nota: 6,75
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex