'Post Tenebras Lux' - Ordene la frase: Reygadas gafapastas quiere es mucho un se mismo. si a que
Primer contacto personal con Carlos Reygadas y puede que último. Conocía de su obra simplemente por haber estado algunas de sus películas nominadas en festivales como Cannes y el resonar de su nombre en redes sociales, casi siempre ligado a la polémica y opiniones encontradas. Viendo “Post Tenebras Lux” me había quedado claro, pero leyendo después alguna entrevista al director en fechas posteriores a su proyección en el citado festival francés, se certifica que se quiere mucho a si mismo y el resto le da un poco igual. Quizá por ello fue abucheado aunque de todos modos recibiera el premio al mejor director en 2012.
Si, 2012 aunque en España se estrene en salas en mayo de 2014, pero esta vez me evito el discurso sobre los retrasos en las distribuidoras porque si no hubiera llegado tampoco hubiera sido una gran pérdida. Lo primero que me viene a la cabeza para hablar de la película o definirla sería recordando esos ejercicios de cuadernillo de colegio donde te ponían una frase con las palabras desordenadas y teníamos que darle forma para quedar algo legible y coherente. Aquí pasa algo así pero con las escenas, teniendo saltos adelante y atrás en el tiempo completamente caóticos y con la sensación de no tener mayor criterio que el sistema de volcar las secuencias (25 me ha parecido leer en algún sitio) sobre una mesa y ordenarlas a dedo para el posterior montaje. Pero eso realmente es lo de menos, dado que podría ser un ejercicio interesante el ordenar el puzzle si lo que contara fuera atractivo más allá de un ejercicio pretencioso con poca “chicha”.
Argumentalmente podríamos hablar de una familia pudiente y urbana que se muda con sus hijos a una zona rural y extremadamente humilde. Mientras los pequeños disfrutan entre la naturaleza, ellos no acaban de acoplarse a su nueva vida ni por los cambios que les supone a nivel de matrimonio ni la relación con su entorno. No ayudan a la carencia de emociones los actores en su mayoría amateurs, con una presencia muy fría incluso en secuencias que deberían poder emocionar fácilmente. Además se le notan mucho las ganas de impactar tanto a nivel sexual como con alguna escena podríamos decir (por definirla de algún modo) “gore” e incluso con maltrato animal continuo y gratuito que espero sea simple ficción. Innecesarios también son los reflejos o por denominarlo de algún modo “efecto espejo” en los bordes de la pantalla.
Poco a destacar de forma positiva más allá de alguna cosa muy puntual del intento de reflexión sobre la diferencia de clases, algún momento del relato que pueda crear interés, la dulzura y naturalidad de los peques de la casa y sobretodo algunas escenas visualmente potentes, con un gran inicio que por desgracia se queda en nada.
Nota: 3,0
por Abrahán Guirao, AKA Calderilla
Yo creo que vale la pena, pero, puestos a probar, mejor optar por "Luz silenciosa" o, especialmente, "Japón" (con "Batalla en el cielo" correremos un tupidísimo velo
El árbol (caído) de la violencia:
Arropada por el todopoderoso festival de Cannes, en el que se llevó el premio a la mejor dirección en 2012, la última película de Carlos Reygadas llega, por fin, a España, y lo hace levantando ampollas, como no podía ser de otra manera: mayoritariamente repudiado, su personalísimo estilo busca hacerse hueco entre los grandes del cine de autor, y ser uno de los niños mimados del certamen francés le asfalta y señaliza el pedregoso camino.
La naturaleza (motivo recurrente en su filmografía), filmada con una lente de bordes distorsionados, que le aporta un aura tan inquietante como idílica, saca a relucir el lado más tarkovskiano del director mexicano, con largos y pausados planos que embellecen los parajes salvajes que rodean el punto central de la ¿trama?: la casa a la que la familia protagonista se ha mudado, en busca de un sentido a su vida, pero que acaba resultando una cárcel espiritual y el núcleo de todas las calamidades de una cruel sociedad, cuyos embrutecidos individuos encuentran en la violencia la única manera de contacto, y que supone el eje del mal de un mundo en el que los niños, desprotegidos, se ven obligados a tropezar con las mismas piedras de sus progenitores, erróneos modelos conductuales, de los que no está a salvo ni la propia naturaleza, la cual, sin embargo, acaba suponiendo su única redención posible.
La errática narrativa de Reygadas, cercana al Terrence Malick de "El árbol de la vida", deja entrever sus intenciones, pero éstas no terminan de culminar, y sus reflexiones, en principio interesantes, pecan de obviedad y superficialidad. La apuesta formal, consistente en la exposición de fragmentos de vida, retazos inconexos de cotidianeidad, sin una historia concreta que contar, pretende transmitir ideas y sensaciones, a la libre interpretación del espectador, en lo que supone la propuesta más arriesgada de este director, la más austera y radical. Apunta maneras, pero el camino es largo y le queda mucho por descubrir. Se encuentra en plena lucha por sobrevivir a la tormenta, pero es sólo cuestión de tiempo que alcance la luz que se atisba detrás.
Nota: 6.
Gracias, me las apunto las dos.
Un filme inclasificable al que cuesta ponerle una nota con la que clasificarlo. "Una irritante, desconcertante, pero fascinante película" en palabras de Peter Bradshaw. Dejémoslo ahí.