Con esta llámese como se llame se cumple, cuatro años después, el sueño de Peter Bretter de concretar una humilde producción con tintes musicales protagonizada por muñecos. Bueno, en realidad el sueño de Bretter era escenificar un musical titulado 'A Taste for Love' con Drácula en busca de ese amor siempre esquivo, algo que ya lograba -con éxito- al final de aquella entretenida comedia que era 'Paso de tí'. Aquella declaración de intenciones por parte del multifacético Jason Segel no cayó en saco roto, y su interés por los muñecos unido a una primera y muy satisfactoria colaboración con la mítica compañía de Jim Henson encontró acomodo en las expectativas de la Disney por impulsar cualquier película que puede dejar algo que comprar en las estanterías de sus tiendas. Y de todo esto es de donde surgen estos 'Muppets', una especie de ingenuo ejercicio de (simpática) nostalgia con el que volver a situar a Los Teleñecos en un mundo que como decía Blade ya no es tan amable, ni mucho menos, como el que les vio nacer allá en los años sesenta.Para los no iniciados en la materia decir que esta especie de falso "reloaded" de la franquicia de 'Los Muppets', como han sido rebautizados en este siglo XXI los que siempre habíamos conocido por estas tierras como 'Los Teleñecos' -cuestiones de marketing-, es el reverso casto, puro y virginal de aquella notable producción que es 'Team America: La policía del mundo', filme con el que le une una visión muy personal y surrealista -aunque opuesta- del plano de existencia en el que se encuentra el día a día de los humanos. Bueno, en realidad salvo por el simple hecho de estar protagonizada por muñecos ambas películas se parecen bien poco... por lo que esta comparación tan ridícula cabe atribuirse a que la simple idea de tener que explicar quien son 'Los Teleñecos' y sus posibilidades a cualquiera que tenga acceso a estas palabras me resulta, sinceramente, absurda. ¿Realmente hay quien no haya tenido una infancia como para desconocer la existencia de la Rana Gustavo y sus amigos?
Quién más quien menos ya sabe lo que hay y ya sabe qué esperar: Esta 'Los Muppets' ni es la primera ni será la última visita -en vista del triunfo comercial en su estreno norteamericano- que le hacen los Teleñecos a la gran pantalla, si bien dentro de las posibilidades es sin duda su mejor, más logrado y eficaz envite cinematográfico, algo dicho sea de paso ni era demasiado complicado ni tampoco tiene por qué elevarla a los altares per se (si tenemos en cuenta la escasa entidad propia de los filmes previos). Nacida del interés de Jason Segel y Nicholas Stoller, protagonista y director de la citada 'Paso de ti', en rendir un sentido y respetuoso homenaje a un show con el que no nos cabe duda crecieron (como muchos de nosotros), estas intenciones tan sinceras y honestas se han quedado del todo impregnadas a lo largo del montaje final con el que se ha estrenado esta cinta-producción que en realidad, lejos de pretender renovar y/o actualizar de alguna manera a los Teleñecos como suele ser habitual en estos casos, se ha mantenido más fiel si cabe al espíritu y las intenciones con las que fueron creadas por Jim Henson, tanto que incluso ni en manos de este su creador llegaron a lucir nunca tan bien incluso ante el escrutinio de adultos de pelo en pecho.
La clave de su éxito la encontramos en su hábil empleo de la nostalgia como recurso narrativo ya desde ese 'Life's a Happy Song' que tan bien sabe centrar las expectativas nada más comenzar la función, estableciendo ya de inicio esa complicidad indispensable hacia una producción que se permite abiertamente tomarse cuantas licencias sean necesarias para que el show pueda continuar de forma sencilla, ágil, directa y práctica, tales como los viajes "mapa a través" para recorrer grandes distancias en segundos, y que sirven a la causa de que la función sea lo suficientemente irreal, de que siempre seamos conscientes del absurdo de lo que se muestra en la pantalla, como para que nos la podamos tomar tan a broma como cualquier chaval de medio metro. Poco importan detalles como el que Segel sea hermano del muñeco que todo Sheldon Cooper lleva en su interior, de nombre Walter. Los Teleñecos (o los Muppets) viven como ya sabemos en un mundo paralelo en el que hasta el malo más malo, Chris Cooper, es capaz de parecer tan santurrón como el mismísimo Flanders. Porque lo suyo es la inocencia personificada, los postulados más blancos de lo que el detergente Skip pueda llegar nunca a lavar y un humor apto para todo tipo de públicos de buena voluntad.
Con esta nueva entrega estos entrañables muñecos vuelven a brillar con la intensidad y desfachatez que les hicieron tan populares entre tantas y tantas generaciones de pequeñajos, los mismos que ahora tendrán la oportunidad de reeditar viejos recuerdos en compañía de sus propios vástagos gracias a una producción cuya simpatía inherente le hacen sobresalir como una producción familiar (que no infantil) 100% recomendable. Con un punto de vista pretendidamente paródico redondeado por el uso (que no abuso) de pasajes musicales de lo más 'cool', un considerable número de cameos (que mejor no desvelar) y un humor a prueba de malas caras, 'Los Muppets' puede que como película no sea gran cosa, y puede que no sea capaz de ofrecer suficientes alicientes como para no ser señalado si se acude a ver sin la compañía de un menor de edad. ¿Y cuantos mitos de nuestra infancia no son en realidad estupideces una vez vistas con los ojos de un adulto? Al menos 'Los Muppets' nos permiten aunque sólo sea por unos minutos volver a ver el mundo a través de los ojos de ese muñeco que todos llevamos dentro, ese capaz de enfrentarse al mundo con una sonrisa. Y no es poco, oiga, en un mundo que como decía Blade... ya no es tan amable.
Nota:
6.5
por Juan Pairet Iglesias