Escribo estas palabras pocas horas después de haber visto este 'Green Zone' para aprovechar la reacción más básica e inmediata que me ha suscitado el film, una decisión arriesgada por cuanto puede erradicar de esta crítica la conveniente reflexión posterior que ayude a calibrar en su justa medida el impacto de la película, el cual ya adelanto ha sido tremendamente gratificante. Pero bueno, si lo hago es por corresponder a un film sobre el que sale más rentable reaccionar de manera esencialmente emocional para dejar al margen cuestiones más indolentes y puñeteras, y no porque no resista con soltura un análisis serio, reposado y meticuloso, sino porque como todo film que es puro nervio visceral su entente reposado reduce el alcance de su visionado, y eso es algo que no quiero menospreciar dado el excelente sabor de boca inmediato.
El resumen más preciso que se me ocurre es recurrir a lo más fácil y evidente posible, que no obstante en este caso es a la vez lo más efectivo para dibujar el concepto del film: este 'Green Zone' es, básicamente, un nuevo 'Bourne', para más datos un Bourne que se va a la guerra de Irak, aunque salvando ciertas distancias, las justas y necesarias para ser una producción con entidad y personalidad propia. Mismo corazón pero distinto cuerpo, para entendernos. una nueva muestra del talento de Greengrass para dinamizar y estilizar el concepto de thriller. 'Green Zone' es un trepidante e intenso set-piece continuo, un film tan embriagador como extenuante, una frenética montaña rusa de casi dos horas que expone un nuevo ejemplar de enérgica narrativa canalizada mediante una visualización y puesta en escena agresiva. En resumen, lo dicho: puro nervio.
Se hace más que evidente que la mano de Greengrass es plenamente reconocible en cada fotograma de 'Green Zone' donde vuelve a reincidir en sus señas de identidad, tanto para bien según lo consideren sus fans como para mal segun sus detractores: su agresivo pulso visual, su estilizada concepción narrativa, su plausible y convincente realismo efectista, su concisión y sutileza conceptual ambivalente llena de matices, etc. Así, 'Green Zone' se amolda al inimitable Greengrass, quien vuelve a trabajar con sus habituales en fotografía, montaje, música, etc., y quien la dota de la misma efectividad a la que dotó a los dos films de Bourne, pero sin perder la profundidad y consistencia dramática de 'United 93' o 'Domingo Sangriento', sumando un trabajo redondo y muestra a exponer de la unión factible de fondo y espectáculo. Un triunfo inapelable, y un deleite sensorial.
'Green Zone' se sobrepone a su propia historia y contexto que en esencia ya creemos conocer, y que supone un riesgo potencial de cara a los prejuicios y desinterés preliminar del espectador, eso y su propia promoción, que juega al enemigo en casa vendiendo un concepto erróneo sobre el film y su devenir (y de paso revelando más información de la necesaria, un mal moderno incurable por desgracia). Al igual que en la reciente ganadora del Oscar 'En Tierra Hostil', presenta un relato aparentemente bélico que huye del trasfondo bélico como razón de ser: la guerra de Irak es el marco, no la acción aun sin dejar de estar presente, pero los valores y cuestiones que se plantean van más allá del conflicto y muy por encima del manido eslogan del género belicista "qué mala es la guerra". Es un thriller dramático de corte conspiranoico ambientado en una guerra, y listo.
Matt Damon, por su parte, confirma una vez más su solvencia como intérprete, su buena presencia como "star" en pantalla y el porque es uno de los actores mejor considerados por Hollywood, creando un personaje creíble que aun sin grandes halagos resulta identificable, y para nada deudor de su querido Bourne. Arropado por un convincente y eficaz plantel de secundarios, lo ajustado de su concisa exposición narrativa sumado a la estimulante representación técnica de un conflicto tan perceptible por la retina del espectador curtido a través de la CNN y demás, nos lleva a las entrañas del conflicto mediante la estimulación de nuestros instintos cinematográficos más básicos y eficientes. 'Green Zone' se disfruta como pocas sin caer en las tonterías del absurdo ni dejar de lado un contenido sobre el que apoyarse. Para quien firma estas líneas, y a riesgo de caer en el entusiasmo desmedido, un film más que notable e imprescindible. Con algo más de reposo y contraste racional, una joya a tener en cuenta.
Nota:
8.5
por Juan Pairet Iglesias
Película con un ritmo trepidante que no tiene ni un solo segundo de respiro. No tuvo que ser nada fácil adaptar esta historia, sin embargo quedó de lujo.
Damon es un espectáculo, este chaval vale su peso en oro
Nota: 8.
"Green Zone" es un Thriller Belico intenso, que no se desvía en ningún momento de lo que quiere contar. Con un tono conspirativo presente a cada momento del metraje, nos introducimos en la Guerra de Iraq en 2003.
No hay duda de que Paul Greengrass es un excelente director para este tipo de films, porque aun cuando hay escenas de dialogo, sabe mantener al espectador expectante a lo que ocurre, es imposible desviar la vista.
Sin duda "Green Zone" no pretendía ser una historia profunda sobre este conflicto al estilo de "The Hurt Locker" sino una película entretenida, pero que a la vez tiene un claro mensaje contra el gobierno Estadounidense y contra la propia Guerra de Iraq. Es una película que trata un tema serio, pero con todos los convencionalismos del cine comercial.
Se podría considerar una "secuela espiritual" de la trilogía Bourne, pues cuenta con el mismo director de las dos ultimas, el mismo protagonista, y el mismo montaje y estilo de filmacion frenético que no da respiro y nos mete de lleno en la acción.
Y sobre la acción cabe mencionar que dichas escenas son notables, muy intensas. La secuencia de acción final es un claro ejemplo de como deben filmarse este tipo de escenas.
"Green Zone" cumple de sobra para quien de antemano sabe lo que puede esperar. Muy entretenida.
Calificación: 8/10
7,5/10
La peli tiene un alto contenido político pero se agradece muchísimo que la carga de sentimiento americano descienda con respecto a otros títulos de temática similar, como The Hurt Locker (Kathryn Bigelow, 2008) o Saving Private Ryan (Steven Spielberg, 1998) donde el patriotismo norteamericano dicta a los personajes en todo momento de la trama. En este caso, Miller no estará tan sumergido en este fin, pues el tema de la guerra de Iraq atañe a prácticamente todo el globo terráqueo. El motivo que mueve al personaje de Matt Damon no es el de luchar por su patria, todo lo contrario, pues es contra esta la que lucha por esclarecer la verdad de lo ocurrido.
Por último mencionar que si en las dos últimas entregas de la saga de Bourne el estilo de Greengrass las hacía resaltar sobre la primera de ellas, creo que en este caso no es tan acertado este estilo; el fuerte temblor de la cámara, los continuos zooms y el tremendo dinamismo de la imagen cargan demasiado una peli poco original que peca, en gran medida, por su final facilón.