'Frío en julio': La obsesión por la sangre de Michael C. Hall
Aún pasados días desde su visionado, me resulta difícil hablar, o sobre todo valorar, una cinta que deja sensaciones encontradas. Muchos thrillers de venganza se han hecho, se hacen y se harán y sin entrar en eternas listas comparativas, el primero que me viene a la cabeza es "Blue Ruin", estrenado en España en 2014, con el que este comparte aparte del género en general, su vertiente de cine independiente, que la motivación y lo que pone en marcha la trama sea por temas de familias y alguna cosa más. La de Jeremy Saulnier tiene una tensión más lograda, más equilibrio en su ritmo que va in crescendo y un guión más redondo y trabajado que la que nos ocupa, que siendo un producto entretenido, se olvida fácil.
La trama se centra en Michael C. Hall, un padre de familia normal de un pueblo tranquilo que se encuentra con un ladrón en su casa y acaba matándolo. La policía no le dará problemas, dado que es un caso de defensa propia pero el fallecido parece tener un padre más que conflictivo que busca venganza. Esto dará pie a una primera parte del film interesante, con un buen uso del suspense, de la tensión por las incursiones nocturnas y sabiendo transmitir el miedo e impotencia de una familia que sin quererlo ni beberlo, se encuentra en una situación que puede arruinarles la vida. Viendo a la velocidad que todo sucede, con el poco tiempo de metraje que lleva la cinta, es obvio que tiene que pegar un giro, un cambio o algún elemento va a hacer que se alargue. La película que de momento estaba siendo un thriller pausado e intrigante, se transforma entonces a una road movie sureña de conspiraciones que parece una especie de copia barata de True Detective (sin ser servidor de los grandes entusiastas de la serie) y aunque este segundo tramo deja sus momentos destacables, la sensación es que no acaba de pegar y se le va de las manos.
Lo que más empaña el sabor final, al menos para servidor, es entre otras cosas aparte de lo mencionado, lo innecesaria que resulta la continuación de C. Hall en la trama, que evidentemente al ser el protagonista es lo lógico pero no cuadra con la motivación que le hacía actuar, olvidándose de ella repentinamente (igual que los guionistas como hilar o profundizar en ello y más cosas) y quedando inverosímil que un hombre de familia que se veía en un "marrón" indeseado, acabe yendo a la era a por polvo sin tener por qué ni justificarnos el guión nada que lo haga lógico. Lo único que se me ocurre es que el protagonista sigue con el trauma/obsesión por la sangre heredada de sus años en Dexter. Pese a estos detalles y en general un film dividido claramente en dos partes diferenciadas que no acaban de encajar, tiene sus momentos y aunque no es notable en casi ningún sentido, tampoco es malo ni mucho menos. Sus actuaciones rinden a buen nivel y no hay que despreciar su BSO aunque muchas veces su uso sea contraproducente por darse excesiva atención o volumen a la misma.
Nota: 5,5
Por Abrahán Guirao, AKA Calderilla
Sobre el "giro"
Spoiler
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No importa cuantas veces me lo piense sigo sin encontrarle la logica a este giro.