El destino, la casualidad o la voluntad de su distribuidor. O una combinación de todas ellas. Sea como fuere la primera experiencia al frente de una producción norteamericana del veterano cineasta francés Bertrand Tavernier es (casi) la única esperanza de un fin de semana predominado por la ya no tan oronda ni atractiva figura del ex policía José Luis Torrente, alias Torrente a secas. Dos formas de ver y entender lo que una lente de una cámara de cine puede llegar a enfocar totalmente opuestas, enfrentadas e irreconciliables, pero visto lo visto complementarias en una cartelera de cine... porque de todo tiene que haber.
Dejando al margen la nueva producción de Santiago Segura, a la que llamarle "película" igual le queda algo grande, supongo, que aún no me he recuperado del trauma causado por la tercera como para estar psicológicamente preparado para ver una cuarta (si es que algún día lo estoy), Tavernier nos propone un retorno al género negro más puro con esta adaptación de la novela de James Lee Burke, un sencillo y correcto thriller tan típico y básico como apreciable y honesto de claro aroma clásico, con una sobria narrativa y puesta en escena que deja vía libre a sus actores para hacerse con el relato, pero del que diríamos que no es más que un buen telefilme si no fuera por la presencia de un notable Tommy Lee Jones o del propio Tavernier.'En el centro de la tormenta' se estrena en nuestro país con cierto retraso y algún que otro baile en su fecha de estreno, previsto inicialmente para el pasado mes de Diciembre, lo que ya de por sí puede darnos una idea sobre un film que no es nada del otro mundo, y que pasará por nuestra cartelera y la filmografía de sus responsables sin armar mucho revuelo y como una más. No, no es que sea una mala película o que no merezca la pena, en absoluto. Simplemente es un film tan correcto en líneas generales que puede ser tan oportunible como prescindible, tan clásico como impersonal, tan deudor y condescendiente en intenciones y maneras para con su modelo que no aporta nada relevante más allá del mismo, y por tanto, de resultados potencialmente satisfactorios pero inequívocamente irrelevantes, y cuya ambientación post-Katrina remite al 'Teniente corrupto' de Werner Herzog, cinta con la que comparte no pocos parecidos en cuanto a maneras y resultados.
Un pueblecito tranquilo en el que nunca pasa nada... hasta que pasa; un viejo policía cascarrabias, cabezota y chapado a la antigua... con algún que otro trauma y métodos poco ortodoxos; una trama que se dispersa a través de una serie de personajes de dudosa calaña... desenterrando algún que otro secreto inconfesable; un ritmo pausado, reflexivo y meditativo... entre lo físico y lo espiritual, y de doble nivel e intencionalidad dramática; Tavernier maneja los elementos esenciales del género con la convicción de un clásico y el buen hacer de quien acumula tantos años de experiencia a sus espaldas, pero con la frialdad del artesano ya cansado que no tiene por qué demostrarle nada a nadie. En líneas generales todo es más que correcto, desde el acompañamiento musical hasta su dirección de fotografía, destacando para mal en todo caso un montaje que dilata demasiado el paso de un fotograma a otro, y tal vez un guión que desatiende en gran medida los antecedentes de una historia que del puño de James Lee Burke consta de varias novelas. Para bien siempre podemos conformarnos con un notable elenco encabezado por un excelente Tommy Lee Jones dando vida a Dave Robicheaux, un personaje al que aporta su solvencia y humanidad característica, y al que ya dio vida Alec Baldwin en una olvidable (y olvidada) película de 1996, 'Prisioneros del cielo'. John Goodman, Peter Sarsgaard, Mary Steenburgen, Pruitt Taylor Vince... ninguno desentona, y todos ayudan a que la experiencia sea lo suficientemente gratificante, quizá no tal vez para recomendarla... pero tampoco para aconsejar su rechazo.
Aunque 'En el centro de la tormenta' no ofrezca nada nuevo cumple en la medida que sus intenciones no buscan dar un paso más allá de ninguna parte, sino ser fiel heredera de un modelo y, sobre todo, ser respetuosa para con el texto de su inspiración, algo que consigue con creces. El resultado se deja ver, e incluso puede llegar a gustar en cierta medida, aunque no vaya a suponer nada que merezca ser twitteado o facebookeado. Así el personaje de Dave Robicheaux deberá esperar una nueva oportunidad para que su nombre luzca en el cine de igual manera que, por ejemplo, el de José Luis Torrente, sin duda alguna un peor policía... pero un mejor showman, algo que le faltó a Tavernier, pues ha llovido desde entonces, para rodar en inglés a la altura de su versión original.
Nota:
6.0
Por Juan Pairet Iglesias
El realizador francés Bertrand Tavernier (que en paz descanse) hizo su única película en los Estados Unidos con una historia de asesinatos de prostitutas con un elenco de campanillas donde destacan los nombres de Tommy Lee Jones, John Goodman, Peter Sarsgaard, Mary Steenburgen, Kelly MacDonald y Ned Beatty, todos ellos nombres de sobra conocidos y que no necesitan presentación. Todo lo contrario que el filme, que necesita más de una vuelta.
Ignoro los problemas que pudo tener este filme para tener un montaje tan mutilado en el que hay cosas del filme que se quedan sin resolver o sin explicar. El montaje llegado directamente a formato doméstico en los Estados Unidos consta de 102 minutos, el que yo he visto, mientras que hay otro montaje de 10 minutos más en el que, espero, que resuelvan algunos agujeros del montaje corto. Parece que hay algo que contar, pero por los cortes abruptos y las líneas narrativas inconclusas se queda en un "quiero y no puedo".
El principal tema que da pie a toda la narración se pierde entre otras cosas que van sucediendo y fantasmas que van apareciendo, añadiendo confusión a una narración que parecía claro en un principio y que, sin embargo, se termina diluyendo como el azúcar en el café. Incluso con la rama sobrenatural podría haber comprado el filme si la trama hubiese quedado resuelta sin dejar asuntos pendientes. Como no se puede reseñar en base a lo que me gustaría que fuese, sino a lo que realmente es, lo que me deja es una sensación de vacío.
Había un director con una muy buena reputación como Bertrand Tavernier, un reparto de nombres que atraen a cualquiera que tenga conocimientos de cine sin necesidad de ser un erudito y un punto de partida que sonaba bien. De hecho, el mencionado elenco interpretan a unos personajes que encajan bien con ellos y no se siente que desentonen. Desgraciadamente para ellos, la confusión general a medida que el metraje va avanzando mancha sus interpretaciones y lo que podía haber sido, termina no siendo.
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