Ivana Cornejo es una abogada de éxito dedicada a los litigios de familia. Tras la pérdida de su móvil, Ivana recibe la llamada de quién lo encontró. Es León Godoy, un arquitecto de gran renombre con una personalidad arrolladora: simpático, galante, carismático... y también divorciado. Durante esa misma charla quedan para encontrarse al día siguiente en una pastelería. Ivana es la primera en llegar y León llega unos minutos más tarde. Cuando lo ve queda perpleja, León es todo lo que ella percibió, pero mide 1,35 m. Es el hombre perfecto, pero... demasiado bajo. A partir de ese encuentro, Ivana buscará superar esos 45 cm que le faltan al hombre de su vida. Así se enfrentará a las convicciones de una sociedad implacable y a sus propios prejuicios, que exigen a los hombres el éxito económico, profesional y esos ineludibles 180 centímetros de altura.

Pongamos un poco de acento que nunca viene mal, uno tan chevere como el argentino del que personalmente me declaro fan, hayan ganado o no ese Mundial de fútbol del que ya no se oye hablar (...). El que nos propone el director de 'Elsa & Fred', Marcos Carnevale, con su 'Corazón de León', una comedia eminemente romántica con la hipocresía, los prejuicios y los complejos como excusa medioambiental de ambiciones tan bajas como la estatura de su protagonista masculino, Guillermo Francella, pero de prestaciones tan altas como las medidas de su protagonista femenina, Julieta Díaz. O puede que no sea para tanto ni en un sentido ni en el otro, y que todo sea tan simple como lo era 'Elsa & Fred'.

¿He dicho comedia eminemente romántica? Mejor, dejémoslo en comedia romántica con vocación de melodrama moralista, y así nos ahorramos posibles malentendidos. Y como toda comedia romántica con vocación de melodrama moralista no mucho más que echarle un ojo a una sinopsis que plantea claramente el quiz de la cuestión. A partir de ahí saber en que medida cumple. Y 'Corazón de León' se puede decir que cumple para con su género, y con ello con el converso, aunque no tanto para con el medio, y con ello no tanto con el escéptico. En realidad lo justo y necesario, dependiendo de cuantos pies queramos buscarle (y encontrarle) al gato. Vale para un descosido, pero no para un roto.

Porque 'Corazón de León' es una película que bien puede ser efectiva y simpática, algo a lo que contribuye de forma decisiva el carisma sin medida de Guillermo Francella y Julieta Díaz. Porque lo es, de las que nos despiden tras una cuantas sonrisas amables y con un buen sabor de boca. Eso es lo que se supone. Dan igual los subterfugios de los que se valga esta propuesta mayormente convencional, más de lo que le gusta presumir. A esto va, a esto se viene. ¿Una excusa como otra cualquiera para salirse por la tangente? Puede ser, pero tampoco es plan de andar con prejuicios como si no hubiéramos aprendido nada de nada: que no importa el tamaño de, importa lo que se hace con. Pues eso.

Nota: 6,25

Por Juan Pairet Iglesias