'Contagio' - La red viral
Que Steven Soderbergh es un realizador más que cualificado no lo debería de dudar nadie. Y que su trabajo resulta habitualmente interesante, tampoco. Pero en el mundo del cine uno más uno no tiene por qué ser igual a dos, y eso quiere decir que sus películas no siempre son buenas. Es más, revisando su filmografía y los títulos que de ella recuerdo haber visto como para hablar ahora con fundamento no encuentro tantos realmente buenos como cabría esperar de un director con tanto nombre y prestigio, sino más bien filmes interesantes pero fallidos a los que cabe cogerles aprecio pero que rara vez serán señalados con el dedo a lo Donald Sutherland en los Ultracuerpos de Kaufman como de lo mejor del año. Y 'Contagio' no es la excepción, un filme sumamente interesante cuyas virtudes sin embargo no suman para dar con el filme redondo que cabría esperar tras su excelente arranque, una vez más, y que al igual que en su momento la gripe aviar, chiste que viene a ser lo mismo que meter un gol sin portero, promete mucho más de lo que al final acaba siendo.
Tal y como cuenta su impersonal sinopsis oficial, 'Contagio' narra el rápido progreso a nivel mundial de un nuevo virus altamente letal que se extiende peligrosamente rápido para esta nuestra sociedad de consumo actual... Esto es lo que hay, nada que añadir a lo que sería una sinopsis tan escueta como acertada, modélica a la hora de aportar lo justo y necesario para saber como apunta Syd Field el quién, el dónde y el cómo. Porque si hacemos caso a este gurú de las letras cinematográficas "Todos los guiones tratan de una persona o personas en un lugar o lugares haciendo una cosa o cosas". Y el de 'Contagio' trata sobre "un virus" que se extiende "por todo el mundo" con la intención "de acabar con la vida humana". Virus eres, y en virus te convertirás. No es una persona, pero Woody, Marlin o Remy tampoco y nos siguen valiendo como protagonistas.
Así pues, y por mucho que uno no sea capaz de encontrar una imagen suya con la que adornar esta crítica, el protagonista del filme no son ninguno de los que aparecen en su cartel sino este virus de mierda -a la ficción me remito-, una entidad infecciosa microscópica que pone en jaque a toda la raza humana con un simple choque de manos. Sin piedad, sin respeto, sin emoción. Y así es 'Contagio', un filme sin emoción, frío, distante, más cercano al ensayo periodístico que a un relato dramático en el que importa más dar a conocer las posibilidades del contagio físico a través del pomo de una puerta que proceder al contagio emocional a través de una sensibilidad dramática alienada en favor de la causa, y en la que las emociones están soterradas de forma implícita en un ritmo diabólico que salta de personaje en personaje, de localización en localización, y sin solución de continuidad que permita siquiera soltar una lágrima ante la pérdida de un ser al que no se le ha dado oportunidad alguna de ser querido incluso por la audiencia.
Soderbergh se disfraza de David Fincher para tejer su propia red social sobre el 'Estallido' con el que Dustin Hoffman jugaba a ser el héroe de la función, un filme cabe decir más convencional pero más efectivo en su apuesta, y reincide en el modelo de la que probablemente sea aun hoy en día su trabajo más completo, 'Traffic', pero cambiando la DEA por la OMS. Pero Soderbergh ni es Fincher por muy elegante que sea su puesta en escena ni su pretendido realismo está dotado de la visceralidad de un Paul Greengrass, y de igual modo que ya ocurriera con su igualmente interesante -a secas- '¡El soplón!' el filme es a la larga víctima de sí mismo, de su propia corrección ausente de un corazón latiendo bajo su tono decididamente didáctico que a los puntos le suman muchos más méritos que los que el combate en vivo contra el público le otorgan, un filme racionalmente notable pero cuya sensación final es de indiferencia por su falta de intenciones por alcanzar aquello que bombea nuestra sangre.
A diferencia de por ejempo el Clint Eastwood de 'Los puentes de Madison' o el Giuseppe Tornatore de 'Cinema Paradiso', dos producciones sin nada que ver pero con la sensibilidad a flor de piel, en ningún momento Soderbergh intenta teñir de melodrama una propuesta que por supuesto tampoco tiene nada que ver con la destrucción que impera en el cine de Roland Emmerich. Soderbergh realiza aquí una especie de 'Todos los hombres del virus', un filme cuya buena presencia, excelente banda sonora (con ecos al John Carpenter de los 80) y un reparto de lo más solvente (del que me quedo con un Laurence Fishburne muy a lo Morgan Freeman) evitan confundir con lo que bien podría ser un bienintencionado e ingenuo documental. Porque si otra cosa caracteriza a este filme es su punto de vista neutral, e incluso amoral, en el que apenas es cuestionado nada de nada: todo fluye hasta su resolución, como el virus, así sin más, lo que sin duda ahonda más en la frialdad de un filme que va agotando progresivamente su interés hasta que sus últimos minutos son vistos con el reloj en la mano y la desgana en nuestra cabeza. Indiferencia, si. Y no porque vaya de más a menos, no, si no porque es tanta la corrección global de su puesta en escena, es tan estable e inmutable el nivel medio de toda la propuesta que hacia la mitad uno ya se empieza a plantear que al menos el cine de Uwe Boll no deja indiferente.
Nota: 6.7
Por Juan Pairet Iglesias
Y entonces por qué la apruebas si no dices nada bueno de ella
Sólo se les va la mano una vez:
Spoiler
La pena es que, llevada por ese realismo, peque de lo que ya habeis dicho: mecánica, plana, casi documental.
Lo mejor:
-el pedazo de reparto
-realismo y ritmo
-la escena final en la que explican el paciente 0.
Lo peor:
-la banda sonora a mi me ha parecido un horror, metiendo un par de canciones a un volumen exageradísimo y sin pegar ni con cola con lo que se estaba narrando
-la parte de los chinos y el poblado está un poquito cogida con alfileres
Nota: 7
Lo peor el doblaje de Cotillard.
Después de verla se me quitaron las ganas de tocar cosas por la calle
Un 7.