Los simuladores de movimiento asaltan las plateas
Vía Cinema Blend
por wanchope 05 de diciembre de 2009
¿Os acordáis de la película de Joe Dante 'Matinee' , de 1993? Este homenaje al mundo del cine narraba las vivencias de un director ante el estreno de su última película en Estados Unidos en plena crisis de los misiles cubanos, y de las artimañas que éste desarrollaba para hacer de la proyección de la película algo especial. John Goodman era quien daba vida a este personaje, inspirándose para ello en la figura de dos reconocidos autores como lo son Roger Corman y, especialmente, William Castle (autor por ejemplo de los originales de '13 Fantasmas' o 'House on Haunted Hill'), más conocido por su faceta de feriante efectista, ya que acompañaba las proyecciones de sus películas con toda clase de efectos en vivo (tales como máquinas de humo, butacas vibratorias o la presencia de figurantes dentro de la propia sala).
Todo esto viene al caso porque al igual que ocurre con el 3D, en realidad algo casi tan antiguo como el propio cine pero que no ha sido hasta nuestros días que el avance tecnológico ha permitido su asentamiento parece que definitivo, y en la búsqueda constante de Hollywood por atraer a las masas a las salas de cine con innovaciones tecnológicas de la más diversa índole, algunas de estas técnicas efectistas serán o han sido reformuladas para nuestros días. Sirva de ejemplo el estreno de 'Sherlock Holmes', la cual será proyectada en Estados Unidos en 10 salas equipadas con el sistema canadiense D-Box Motion Code, y que básicamente convierte a las butacas de cine en "simuladores de movimiento".Sin embargo, este sistema no es nuevo ni será la primera vez que se aplique en una proyección cinematográfica: ya a partir del 3 de Abril algunos espectadores pudieron disfrutar de él en una sala de cine mientras veían en la gran pantalla 'Fast and Furious: Aún más Rápido' . Básicamente, y en vocabulario de la calle, un ordenador a modo de controlador interpreta un código insertado en la propia película, y en función a este transmite los impulsos a las butacas para que estas se muevan en consonancia, y con ello agiten al espectador haciéndole más partícipe de la experiencia. Ejemplo claro y evidente: imaginaos el hundimiento de Los Ángeles en '2012', e imaginaos a vosotros sentados en las butacas vibrando a la par que John Cusack y compañía. Y todo esto sin olvidarnos de los simuladores que podemos encontrar en diversos parques de atracciones, cuya finalidad efectista (que no narrativa) es esencialmente la misma, o algunos sistemas de sonido como los integrados en el Yelmo Cines Isla Azul, de Madrid, y en el que las butacas vibran en función de los graves de la banda de sonido de la película (y conocidas como "butacas rojas").
Por supuesto, la aplicación de este sistema o cualquier otra técnica de la misma funcionalidad ni es exclusivo ni se limita a la proyección cinematográfica, pues estos códigos ya han empezado a incrustarse en algunas ediciones en Blu Ray, y su aplicación en las diversas plataformas de ocio y de videojuegos es un hecho contrastado por miles de usuarios en sus diversas variaciones. La pregunta, como viene a suceder con cualquier otro avance tecnológico, es hasta qué punto este apoya o no y en qué medida al disfrute de una película más allá de su efectismo, y si este tipo de artimañas son verdaderamente útiles. Sirva de ejemplo 'Número 9' , cinta de animación cuyo resultado económico ha estado lejos de lo recaudado por films de las mismas características, hecho que se le atribuye al no haber sido proyectada en 3D, con lo que lo que debería ser un valor añadido a una proyección deja de serlo para formar parte de la misma, suponiendo sin duda un arma de doble filo.
Ahora que la revolución visual que promete el estreno de 'Avatar' , de James Cameron, se encuentra a sólo dos semanas de su puesta a prueba en cines, cabría preguntarse qué efecto pudiera tener este de cara a esperadas producciones venideras que no cuenten con el apoyo de este tipo de técnicas que no necesariamente tienen por qué aportar nada al film narrativamente hablando, y hasta que punto es necesario envolver a una película de fundamentos técnicos más propios de una atracción de feria que del visionado de una buena película. Y es que 'Sherlock Holmes' se presupone que no es ni un 'Tranformers' , ni una montaña rusa, y que esta herramienta no fílmica de poco aporte puede servir para una comedia romántica y/o un drama, por ejemplo. Desde Cinema Blend, por ejemplo, página desde la que nos hacemos eco de esta propuesta, abogan por dar a conocer que salas emplearán este sistema para evitar su asistencia a las mismas, ya que consideran que si estos métodos nunca llegaron a asentarse siquiera con la fiebre del cine de catástrofes de los 70, es por algo. Pero la opinión es libre, y eso ya le corresponde a cada cual con la suya.
Como ya comento en el artículo, en los cines del centro comercial Isla Azul aquí en Madrid tienen un sistema de butacas vibratorias, las cuales vibran en función de la banda de sonido de la película. Personalmente no he asistido a ninguna proyección, pero una compañera que además es quién me comentó lo de este sistema, dice que resulta muy relajante, nada molesto y que le añade un punto a la proyección (de hecho, ella siempre suele ir a ese cine). Desconozco si en algun cine más existe algo similar aquí en España, aunque parto de la base de que sí uno inaugurado en 2008 ya poseía un sistema de este estilo por lógica no será el único. De todas formas, el sistema comentado en la noticia (D-Box Motion Code) es algo distinto al que está instalado en el citado Yelmo Cines Isla Azul.
Y como aclaración, si no lo miré mal el sistema es canadiense, pero los cines que lo poseen son en su mayoría norteamericanos. :guiñar