La cuarta parte de 'Superdetective en Hollywood' encuentra nuevo(s) director(es)
Los belgas Adil El Arbi y Bilall Fallah serán finalmente los encargados de dirigir 'Beverly Hills Cop IV', cuarta entrega de la franquicia de 'Superdetective en Hollywood' que volverá a contar una vez más con Eddie Murphy en su papel protagonista, el de aquel Axel Foley que le convirtió en estrella en 1984.
Esta pareja de guionistas/directores, que reemplazarán al inicialmente anunciado Brett Ratner (trilogía 'Hora punta'), son particularmente conocidos por haber dirigido 'Black', cinta con la que ganaron el Discovery Award del Festival de Toronto y que, tras su paso por el Festival de Gijón el pasado mes de noviembre, llegará a los cines españoles el próximo mes de agosto.
Jerry Bruckheimer volverá a producir esta cinta escrita por Josh Appelbaum y Andre Nemec ('Misión: Imposible. Protocolo Fantasma', 'Ninja Turtles') que recordemos llegó a tener fecha de estreno para este pasado mes de marzo. La intención de sus responsables es comenzar el rodaje a finales de este mismo año o a principios de 2017, con vistas a que Paramount Pictures pueda estrenarla cuanto antes, mejor.
Por curiosidad, recupero lo dicho en Gijón por un servidor sobre la mencionada 'Black'...
Rebajando un poco la gravedad y aumentando considerablemente las dosis de irrelevancia -en referencia a 'The Emperor's New Clothes'-, 'Black' por su parte decide tomarse la vida a lo Tony Scott. Este enésima revisitación de Romeo y Julieta con pandilleros, esta vez en Bruselas, no ofrece en realidad nada nuevo salvo el entusiasmo de Adil El Arbi y Bilall Fallah tras las cámaras, quiénes si uno fuera menos ingenuo pensaría que están presentando sus credenciales para alguien al otro lado del charco les llame por teléfono. Y es que hay un dicho que dice algo así como que, si no tienes nada nuevo que decir, al menos dilo deprisa para que así a la gente no le importe.
Y así es 'Black', cinta a la que sin desprenderse del déjà vu sus realizadores le imprimen fuerza y sobre todo ritmo, haciendo de ella algo tan llevadero como ligero, y en dónde su contexto de sucia realidad social se doblega premeditamente a la premisa más básica de los thrillers: que nadie bostece. Porque así es como se llega a América...
Con que llegase al nivel de la segunda por mi parte ya me daría por satisfecho.