Esas historias son los guiones que escribe, que tratará de dirigir algún día, cuando consiga por fin el dinero y dejen de vivir en la precariedad. Víctor e Ingmar comparten escasez y dificultades, pero también ese mundo maravilloso plagado de seres fantásticos, robots y lugares imposibles procedentes de los cientos de películas que han visto juntos.

Los problemas surgen cuando la nueva directora del colegio no admite la falta de asistencia de Ingmar y alerta a los servicios sociales, quienes ponen en duda la validez de Víctor para ejercer su paternidad: lleva demasiado tiempo sin ganar suficiente dinero y tiene una órden de desahucio.

Víctor trata de recuperar pagos de morosos y deudas familiares... infructuosamente, por ello empieza a trabajar en lo primero que encuentra. Pero en su ausencia un incendio accidental acelera su desahucio, por lo que Ingmar es llevado a un centro de acogida del estado.

Víctor debe enfrentarse a un juicio, que sin duda perderá si su situación no mejora, por eso decide llevarse a su hijo, contra la legalidad, a convencer a su hermana de que le devuelva parte de una herencia, disfrazando ese viaje, a ojos de su hijo, de una excursión para rodar una película. Tras el falso rodaje Víctor se sincera con su hijo y le cuenta toda la verdad sobre su futuro incierto; tendrá que quedarse con Alicia una temporada mientras él pone en orden su vida.

Ingmar discute con su padre hasta huir. Víctor no encuentra a su hijo. Perdido en mitad de la nada, entra en crisis por su abstinencia de alcohol... y tiene un encuentro con el fantasma de su ex-mujer, quien le intenta ahogar en un lodazal. Víctor logra derrotar a su fantasma de una vez por todas, y encuentra a su hijo, al que promete no volver a mentirle y lo que es más importante; que nunca le abandonará.

En la trama, Víctor, un padre al estilo "Bukovski", castigado y arruinado, vive con su hijo de nueve años, Ingmar. Ambos comparten un sueño: hacer cine fantástico. Por ello pasarán toda la película imaginando mundos imposibles y maravillosos plagados de criaturas, robots y prodigios increíbles.

A la vez, la cruda realidad les persigue y somete, por la falta de recursos del padre, quien se ha dejado llevar por una profunda depresión desde la muerte de su esposa. Los servicios sociales intervienen; a Víctor le niegan la custodia de su propio hijo debido a un desahucio y él tendrá que superar todos sus problemas para tratar de mantener a su hijo a su lado.

La película transita dos mundos: El mundo real, crudo, complicado, lleno de obstáculos humanos y burocráticos; y el Mundo fantástico, construido en base a constantes referencias al cine clásico de fantasía y ciencia ficción.

La película es un alegato a la libertad, a la oportunidad de vivir como cada uno elige y a entender el amor entre un padre y su hijo por encima de los recursos económicos o un estilo de vida peculiar. En el ámbito emocional destaca la relación entre padre e hijo, quienes viven en el mundo de la fantasía hasta que la realidad les obliga a madurar; muy tarde para el padre y demasiado pronto para el hijo.