Terror Molins 2021 - Parte IV
Con este artículo llegamos al final de nuestra cobertura de Terror Molins. Como tradición de despedida cada año se hace un maratón de 12 horas, una verdadera locura solo apta para cinefágos imparables. De 20:00 de la noche a 08:00 de la mañana, con algún que otro descanso de por medio, los valientes que aguanten todo el tiempo verán seis películas que invitan a la fiesta y al gore. Este año se proyectaron 'Offseason', 'We need to do something', 'The Sadness', la película sorpresa -'Prisioneros de Ghostland'-, 'Jakob's Wife' y 'Slumber Party Massacre'. Aquí va mi opinión sobre las cuatro que pude aguantar:
'The Sadness'
Producción taiwanesa que tiene muy claro el público al que quiere dirigirse y el tipo de película que quiere ser. Es salvaje, sangrienta y mal hablada. Resumiéndolo, un virus con sospechosas similitudes con el COVID-19 convierte a los ciudadanos en asesinos despiadados que solo quieren hacer cosas malévolas, como violar, decapitar o maltratar, y los protagonistas tratan de zafarse de ellos. Algo muy exagerado y excesivo pero que está bien llevado. Buscar ser escatológica a cada rato y provocar la risa o el aplauso a través de las múltiples barbaridades que se muestran en pantalla. En lo dramático es un cero a la izquierda, su reparto es tirando a mediocre y le sobran algunos minutos para que su concepto funcione del todo, pero es un entretenimiento salvaje que es ideal para este tipo de sesión. Se inspira mucho en el manga/anime para reflejar la violencia y su propia premisa parece salida de ese medio. Un entretenimiento decente, sanguinariamente divertido pero que depende mucho del impacto de su premisa, que se va desinflando poco a poco. *****
La película sorpresa de esta maratón no podía sonar mejor: Nicolas Cage desatado, Sion Sono, western y una trama inspiradísima en '1997: Rescate en Nueva York'. Los problemas fueron dos: El primero, que ya la había visto en Sitges, y el segundo que si la primera vez no fue gran cosa esta segunda se hizo bastante dura. No esconde su condición de serie B, usando sets pequeños donde se nota el cartón piedra y llenando la pantalla de los excesos habituales de Sion Sono. Una estética paseándose entre lo hortera y lo cool, diálogos exagerados y absurdos y una trama donde hay momentos de genialidad y otros de sopor. Todo esto hace que la película sea una amalgama de escenas estúpidas que se creen muy graciosas, funcionando un 40% de las veces y siendo anodinas el resto. Es curioso, eso si, que acabe siendo una alegoría del horror que hubo en la Japón post-Hiroshima, con discurso alentador de Nicolas Cage incluido. Él es lo mejor de la película, en esta especie de Snake Plissken rechoncho y ridículo. Los pocos momentos divertidos se los monta él solo. De todas formas, la unión entre Sion Sono y Cage es a todas luces, decepcionante. *****
'Jakob’s Wife'
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. No tiene mucho que aportar a ninguno de los géneros a los que pertenece. La historia de mujer de avanzada edad que se cansa de su rutinaria vida y de su aburrido marido ya la hemos visto mil veces mientras que el toque vampírico no pasa de lo rutinario, de lo típico. Barbara Crampton salva un poco la papeleta comiéndose la pantalla cada vez que aparece, pero es lo único destacable en este telefilm de género. No es que sea una tortura, es incluso divertida por momentos, pero la sensación de déjà vu es constante. Muy olvidable. ****No puedo irme sin hablar de la mejor película que he visto en este festival, la más especial y única con gran diferencia. Una rareza que es casi imposible que salga del circuito de festivales. Con ello me despido y, espero, que me leáis el año que viene. Un placer haber cubierto/descubierto Terror Molins.
Inclasificable. Incomoda. Difícil. Todo esto se aplica a 'Masking Threshold', película austriaca que no dejará indiferente a nadie. No es una violencia o irreverencia gratuita como puede serlo en 'The Sadness'. Detrás de sus 90 minutos hay una lección para tomársela muy en serio. Su protagonista es cínico e insoportable, aunque forma parte de la experiencia. El film te zarandea de un lado a otro, te maltrata. No es un visionado agradable y cuando ha terminado te deja un mal cuerpo enorme, evidenciando un problema existente en nuestra sociedad y logrando que todo cobre sentido en su final. Es un claro ejemplo de como con muy pocos recursos puedes hacer una película alternativa y muy poco condescendiente con el espectador sin olvidarte de contar algo. Verla en pantalla grande es de esas cosas que difícilmente se olvidan, su forma de rodar es casi claustrofóbica, buscando el agobio del espectador en todo momento. Todo se desarrolla desde el POV del protagonista y no salimos de su casa para nada. En ocasiones te saca de quicio, otras veces te hace reír y muchas veces te desespera. Pero todo forma parte del plan del director Johannes Grenzfurthner para darle fuerza a su demoledor mensaje. No se la recomendaría a todo el mundo, pero para el que busque algo distinto, es ideal. *******
Por Marc Sacristán García
@TheLebowskiMan
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