Como cada año, y por décima vez, llegaba a Madrid la Muestra Syfy de Cine Fantástico y de Terror con el objetivo de traer a la capital buena parte de la diversión que derrochan los festivales de género como Sitges. Durante 3 días (y medio), los cines Callao se convirtieron en nuestra segunda casa para disfrutar, en buena compañía, de una gran variedad de películas entre las que encontramos títulos no estrenados en salas como 'The Cabin in the Woods' o 'Twixt', algunos que no sabemos si lo harán como 'Antiviral' o 'The Last Exorcism Part II', y otras muchas cintas que nos han hecho reir y disfrutar durante todo este fin de semana. A pesar de que Leticia Dolera era, como siempre, la maestra de ceremonias, no era ella si no Macarena Gómez (“lo más parecido que han encontrado de Leticia”, bromeaba) la que subía al escenario para inaugurar La Muestra. Quizás no era la mejor manera de presentar, pero si su intención era la de levantar y hacer reír al público, sin duda lo consiguió. Así pues, daba por comenzada la función con 'Oz. Un mundo de fantasía', esperada precuela del clásico de toda la vida, esta vez dirigido por el ya mítico Sam Raimi, y con James Franco, Michelle Williams, Mila Kunis y Rachel Weisz a la cabeza…una oferta tentadora, sin duda, una pena que finalmente sea un fracaso cinematográfico. Y es que si alguien temía que pudiera parecerse mínimamente a ‘Alicia en el país de las maravillas’ y ‘John Carter’, no es que se parezcan, es que es peor que las dos juntas. Un continuo quiero y no puedo, y una película que no cumple ni en el aspecto visual, con escenas que rozan, incluso, la estética serie B en una historia de la que es imposible no soltar una carcajada con cada diálogo. Un verdadero despropósito. Para empezar La Muestra con fuerza.

’Oz; Un mundo de fantasía’

La segunda jornada nos traía de vuelta a Leticia Dolera para presentar 'Grabbers', película que llegaba con muchas esperanzas de remontar lo visto el día anterior. Una comedia puramente británica era la mejor manera de amenizar la tarde a los cinéfilos más entregados, y sinceramente, lo consiguió. Una película terriblemente divertida, con situaciones absurdas y personajes peculiares, cuya premisa inicial ya ofrece una idea de lo que se va a ver; una invasión alienígena irrumpe en una pequeña isla Irlandesa cuyos habitantes descubrirán que la única forma de hacerles frente es…¡yendo borrachos!. Una mezcla entre ‘El Irlandés’ y ‘Zombies Party’ pero con alienígenas y, sobretodo, muchos litros de alcohol.

Tras el mediocre cortometraje ‘Amor de madre’, escrito y dirigido por Eduardo Casanova (“Fidel” en la serie ‘Aida’), comenzaba la noche ‘Boneboys’. Y si 'Grabbers' nos había hecho reir con ella, 'Boneboys' nos hizo reirnos… pero de ella. La peor película (respecto a calidad) que se pudo ver en la pantalla de La Muestra llegaba como una puesta al día del argumento de ‘La Matanza de Texas’ (mismo guionista) siguiendo prácticamente el mismo esquema que dicha cinta. Una película que sin quererlo se perfila a medio camino entre el surrealismo y el Trash cuyos sugerentes planos de la luna sirvieron como fuente de carcajadas durante el resto de La muestra.

’Grabbers’

'Wolf Children' era la encargada de abrir la tercera jornada. De los creadores de ‘La chica que saltaba a través del tiempo’, esta cinta japonesa de animación, de factura técnica impecable, es un melodrama en el que apenas ocurre nada durante su largo e irregular metraje, pero cuya fuerza visual junto al carácter de sus personajes consiguen ganarse al espectador. Todo lo contario a 'Twixt', donde Francis Ford Coppola se comporta como un cineasta novato para regalarnos una cinta llena de fallos, aburrida y extremadamente mediocre donde, por muy raro que parezca, Val Kilmer se convierte en lo más destacable (aunque sea aportando la parte humorística). Coppola adapta un cuento propio de terror sobre la inspiración o no se sabe muy bien qué, pues la cinta acaba por convertirse en una absurdez sin sentido con un aspecto visual, eso sí, muy cuidado.

Por suerte, la siguiente cinta no decepcionó. 'Antiviral' era uno de los platos fuertes de la Muestra, y cómo tal supo reivindicarse como una de las mejores cintas que pudimos disfrutar (o sufrir) a lo largo de toda ella. Una película enfermiza sobre una sociedad enfermiza con personajes enfermizos. Una historia que bien podría pasar como un capítulo de Black Mirror, donde vemos brutalmente criticada la obsesión por la fama a través de un empleado de una clínica que se dedica a vender inyecciones de virus cosechados de celebridades para el consumo público hasta que él mismo terminará por obsesionarse con una super-estrella en lo que servirá como epicentro para un magnífico thriller en el que Brandon Cronenberg (sí, hijo del famoso director) logra superar la calidad de un gran número de obras de su padre con tan sólo una película en su haber. Rezaremos por su estreno en España. Imprescindible. Casi tanto como el plato principal del día y de toda La Muestra. La única… la inconfundible… ¡ 'The Cabin in the Woods' !

’Antiviral’

Casi 1.000 personas hacían cola en torno al cine Callao para no perderse uno de los eventos cinematográficos que más han dado de qué hablar en los últimos meses. Tras la - lamentable - noticia de la cancelación de su estreno en España, Syfy nos traía una oportunidad de disfrutar de la cinta en pantalla grande. Porque 'The Cabin in the Woods' es una película que HAY que ver en pantalla grande, y cuyo disfrute es fácilmente incrementable si el ambiente es el idóneo, y el ambiente de La Muestra lo era. Poco más se puede decir de una cinta que es puro espectáculo, totalmente sorprendente, frenética, pero sobretodo divertida, y que supo ganarse al público sin mancharse. Mención aparte para el excelente cortometraje proyectado antes de la película, ‘Voice Over’, dirigido por Martín Rosete y nominado en los últimos Goya.

El último día comenzaba tirando del factor nostalgia. La iniciativa Phenomena Experience esta vez nos traía dos clásicos modernos del cine de género: 'Alien, el Octavo Pasajero' y 'Desafío Total', ambas de calidad indiscutible. Como viene siendo habitual en Phenomena, la sesión comenzaba con anuncios publicitarios y tráilers de época que provocaron la carcajada de todo el patio de butacas para dar paso al clásico de Ridley Scott, 'Alien, el Octavo Pasajero', que si bien ya impresiona cada vez que uno la ve, en pantalla grande deja claro la fuerza que sigue teniendo para sorprender al espectador. Pero sin duda, fue el Chuache el que consiguió culminar la tarde. Y es que ya sólo los créditos inciales y las palmas generalizadas acompañando el mítico tema musical insinuaban lo que iba a ser una proyección inolvidable de la cinta de acción dirigida por Paul Verhoeven. Dos míticas películas que siguen demostrando que no les pesan los años. Como tampoco a los protagonistas de nuestra siguiente película, 'Cockneys vs Zombies', un grupo de ancianos del East End Londinense en medio de una invasión zombie. Otra comedia puramente británica, con robos de bancos, escopetas y andadores que hará pasar un buen rato a todo el que busque algo divertido.

’Cockneys vs Zombies’

Finalmente, y para echar el cierre a La Muestra, Leticia Dolera subía con tristeza al escenario para presentar, el - bastante destacable - cortometraje ‘Horizonte’, dirigido por Aitor Uribarri y protagonizado por Ana Fernández, y la película 'The Last Exorcism Part II', “esperada” secuela de la cinta de 2010, que por desgracia no está a la altura de su precedesora. La película se había estrenado hace tan sólo una semana en Estados Unidos cosechando no muy buenas críticas, y con razón. Porque 'The Last Exorcism Part II' es una película inútil e insulsa que se desprende de todos los elementos que hicieron destacar a la primera parte. Aburrida, y sin ninguna capacidad de generar terror, la cinta cosechó los últimos bostezos de la noche, poniendo fin con cierto sabor amargo a la X Muestra Syfy de Cine Fantástico. Una edición cuyo programa ha sido excelente en cuanto a diversión y que no hace sino dejarnos con ganas de que de comienzo la siguiente edición. Un gran aperitivo de festival.

Por Diego Sánchez Izquierdo